Franz y Ethel,
una pareja de alemanes de mediana edad decidieron celebrar sus 25 años de
matrimonio viajando a Perú para conocer Machu Picchu y las demás atracciones
turísticas que tanto promocionan las agencias que prometen un destino lleno de
aventuras y misticismo.
Llegaron a Lima
sin novedad y luego se unieron a un tour que los llevaría por los más
pintorescos lugares de la sierra. Durante el viaje se mantuvieron en contacto
con sus hijos y todo marchaba sin contratiempos hasta el 10 de noviembre que le
dijeron a sus hijos que al día siguiente viajarían a un pequeño pueblo en
Ayacucho, desde esa fecha no volvieron a comunicarse.
Durante los
primeros días sus hijos no se preocuparon pensando que seguramente el lugar
tenía deficiencias de electricidad y las baterías de los celulares de sus
padres se habían descargado. Pero con el pasar de los días se preocuparon,
luego de una semana sin tener noticias y no haberse podido comunicar ni con los
guías de turismo de la agencia que hacía el susodicho tour decidieron hacer el
viaje e iniciar las investigaciones.
Mark y Wilmer
llegaron a Lima y luego se dirigieron al hotel desde donde sus padres se
comunicaron con ellos por última vez. Pidieron informes en la recepción y el
dueño les dijo que efectivamente ese día en la mañana había partido el grupo de
turistas en un bus pero él ignoraba a qué pueblito se habían dirigido.
Los familiares de
las otras personas que habían tomado el tour también estaban investigando la
misteriosa desaparición. Finalmente, todos se reunieron en el puesto policial
más cercano y empezaron a comparar sus investigaciones. Una señora dijo que su
hija le había dicho que irían a un pueblito llamado Urcu Pacha, entonces el
semblante del policía se puso pálido.
- No puede ser,
ése es un caserío y está abandonado desde hace dos décadas.
Un joven dijo que
su amigo que había ido al tour le dijo precisamente que irían a un lugar
abandonado en busca de una aventura paranormal y que él esperaba grabar
psicofonías.
Entonces todos se
pusieron en camino al caserío. De lejos no parecía abandonado, se divisaban
varias casas de estilo colonial y una iglesia de piedra. El bus estaba
estacionado en la plazuela llena de mala hierba. De inmediato se sintieron
envueltos por esa lóbrega pesadez que tienen los lugares malditos.
Buscaron en las
casas y finalmente en una encontraron las mochilas, sin duda el grupo formado
por los doce turistas, la guía de turismo y el chófer del bus, habían
pernoctado allí, pero ellos no estaban.
Entonces Mark
encontró la cámara filmadora de su padre, estaba en el suelo al pie de una
ventana. Con el alma en vilo todos contemplaron la última grabación: Al inicio
se veía la llegada del grupo al lugar, luego algunas tomas de las calles y la
plazuela. Después se veía al grupo acomodándose para pasar la noche en esa
casa. Adelantando la filmación vieron al grupo conversando y bebiendo
amenamente, un joven empezó a contar historias de terror. Corrieron más las
escenas hasta unas tomas movidas, se escuchaba una música solemne como la de
las procesiones religiosas... Luego la voz de Ethel que decía: "Miren,
allí están, salen de la iglesia"...
Otras voces
decían:
"No los veo
pero escucho la música"
"Allí, se
están acercando, llevan túnicas negras y cucuruchos"
"Oh, Dios
mío, son condenados"
"¡Mierda,
condenados nosotros, seguro son terrucos"
"Ya fuimos,
a darles todo no más"
"¡Son
fantasmas, están flotando y se acercan!"
En las tomas se
apreciaba una misteriosa procesión de sombras encapuchadas que salían de la
iglesia, se acercaban a la casa y la rodeaban... Luego oscuridad y silencio.
Mientras
discutían si sus familiares habían sido raptados por unos terroristas o si de
verdad unos aparecidos se los habían llevado al más allá escucharon las notas musicales
de un himno religioso. Mark se asomó a la ventana y vio a la procesión saliendo
de la iglesia. Los demás se asomaron y también los vieron.
- ¡No pueden ser
fantasmas, todos los vemos! - exclamó Mark saliendo de la casa para
enfrentarlos con su revólver en la mano.
Estando a unos
pasos del encapuchado que encabezaba la luctuosa procesión se dio cuenta que
este flotaba en el aire y sintió que la sangre se le congeló en las venas. No
pudo gritar porque ese ser se quitó el cucurucho... No tenía rostro, era solo
un ser de oscuridad con un agujero en lugar de cara... Y empezó a absorber a
Mark mientras los demás contemplaban la escena aterrorizados.