in girum imus nocte et consumimur igni

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martes, 1 de octubre de 2019

Casi humano


Durante el último fin de semana del otoño fui con mi novio a las montañas para estrenar la casa rodante que él había adquirido.

La noche transcurrió sin novedad compartiendo una botella de vino, cigarros y una amena charla. A pesar de que en el pueblo en donde habíamos hecho una parada para comprar algunos víveres nos habían contado historias sobre unos horrendos seres que habitaban en la montaña y atacan a los campistas nosotros no percibimos nada que nos diera miedo y encontramos el lugar bastante tranquilo, hasta romántico.

Nos fuimos a dormir, aún era de madrugada cuando nos despertamos por un ruido extraño, parecía hecho por garras, algo quería abrir la puerta de nuestro camper. Mi novio tomó su escopeta pensando que se trataba de un animal salvaje... Un gruñido... Me asomé por la ventanilla y con horror vi a una siniestra criatura, parecía una bestia con el cuerpo cubierto de pelaje oscuro y su postura cuadrúpeda pero sus ojos amarillos tenían una extraña expresión humana... ¡La criatura tenía miedo!

Al ver el arma que la apuntaba la criatura se agazapó y emitió un quejido lastimero. Algo nos movió a la compasión al reconocer que la criatura era una cría y estaba perdida. Le dimos unas salchichas y las devoró con ansias.

Luego, con gestos y movimientos parecidos a los de un cachorro, nos indicó que la siguiéramos. Tomamos nuestras linternas y sin olvidar la escopeta la seguimos hasta la entrada de una cueva en donde nos hizo un gesto despidiéndose y entró perdiéndose en la oscuridad.

Regresamos a nuestro camper intrigados por la experiencia vivida. Al día siguiente encontramos un círculo de piedras, ramas y flores en el suelo. Más intrigados regresamos al pueblo y luego de algunas investigaciones averiguamos que muchos pobladores se dedicaban a cazar a las criaturas que vivían en las montañas para consumir su carne y utilizar su piel.

Entonces supimos que aquel círculo que encontramos en el suelo era un agradecimiento de los padres de aquella criatura que se había perdido y nosotros habíamos ayudado a regresar a salvo a su hogar.


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