in girum imus nocte et consumimur igni

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miércoles, 16 de diciembre de 2020

El anciano

El anciano vivía solo en la casona de la esquina rodeado de libros, mapas, astrolabios y demás objetos indescriptibles. Era un hombre anacrónico y estrafalario, de costumbres extrañas.
 
Los vecinos empezaron a preocuparse por su salud mental, entonces llamaron al servicio social para que lo visitaran.
 
Una tarde un asistente social tocó a su puerta, el anciano lo dejó pasar.
 
— ¿Vive solo?
— Si, no necesito de nadie.
— ¿Cómo se mantiene?
— Recibo rentas de unas propiedades que tengo en el extranjero.
— ¿Y a qué se dedica? ¿En qué se entretiene?
— Colecciono vidas.
 
El anciano abrió el libro que tenían entre las manos, murmuró unas palabras arcanas, un destello dorado inundó la estancia y el asistente social quedó atrapado entre las páginas.
 
El anciano colocó el libro en el librero. Las desapariciones ya estaban causando sospechas, tendría que irse a otra ciudad.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Recuerdos

Hans recorría la decadente ciudad en dónde había crecido. Las callejuelas estrechas, sucias y mal iluminadas. Sonó la alarma de la fábrica, las callejuelas se llenaron de los obreros que con prisa se dirigían a sus pequeños departamentos en los edificios tugurizados. El sudor de las personas se mezclaba con el olor rancio de las frituras de los puestos de comida de las esquinas. 

Hans nunca creyó que extrañaría aquel lugar tan miserable pero ahora, en la soledad de la base espacial del planeta yermo en el que se encontraba, la cápsula de simulación virtual que proyectaba sus recuerdos era su único entretenimiento.