in girum imus nocte et consumimur igni

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viernes, 13 de febrero de 2009

Llovizna y murmullos

La llovizna me trae remenbranzas de una historia lejana: Mágico espejo de sirimiri donde se dibuja la borrosa silueta de un castillo oscuro y macizo... una habitación de muros de piedra y un tibio lecho con cortinajes de ensueño, las falenas en danza suicida alrededor del lamparín... ruge la tormenta, el mar azota el acantilado... duermes exhausto por nuestros amorosos escarceos pero yo velo sin saber como decirte que nuestro padre ha decidido entregarme por esposa al Conde de los Halcones... una funesta decisión... tu daga reposando sobre la mesita de cedro, la tomo y con la afilada punta me abro una vena... tambaleante regreso al lecho y busco el refugio de tu pecho...

Sueño recurrente, uno de los tantos recuerdos en la vorágine del tiempo que me ha servido de inspiración para relatos y poemas... tantas veces he bebido el pecado del cáliz de tu boca y tantas otras te haz embriagado con el licor de la blasfemia tomándolo de la copa de mis labios... nuestras manos nunca han vacilado empuñando el puñal o empleando el veneno, sea para cometer un crimen o realizar un sacrificio... admito que con justa razón me reproches mi sumisión ahora que no existe la sombra del delito.

Sé que éste anillo es un grillete que ata mi corazón a la voluntad de las Sombras, pero también es un escudo que impide que reciba el golpe fatal que tanto temo... acepto la prueba que me propones temerosa por tu amenaza de teñir de sangre la blanca página de ésta historia... que sea la voluntad de Diablo, que el anillo vaya al cofre por ésta noche.

Con besos, caricias, lágrimas y sangre forjaste uno a uno los eslabones de ésta cadena que me condena a estar atada a ti... ahora las gotas de lluvia se han convertido en saetas... tules de calina que caen a mis pies para confesarte lo que tú ya sabías...

La noche amordaza mi corazón... el Mar me mece con el amoroso murmullo de sus olas. Pido perdón a las sombras... la Luna dibuja caricias de plata sobre las aguas. La marea era inevitable… murmullos que me susurró la lluvia. No sé si sonreír o llorar... una sonrisa por ti, una lágrima furtiva por él.

Liliana Celeste Flores Vega - 13 de febrero del 2009

miércoles, 11 de febrero de 2009

Sensaciones taciturnas

Cuando el astro dorado
se acuesta en su lecho púrpura
y las tinieblas se despliegan
como una cortina de ensueño
invitando a los mortales al descanso
ella abre los ojos en su ataúd
sale de su mausoleo
y vaga en el jardín del cementerio
como una sonámbula
recogiendo gotas de lluvia
en el cáliz de una campanilla blanca.

Sensaciones taciturnas
el búho la acompaña en su paseo nocturno
una luciérnaga verde
que brilla como un punto de luz en la oscuridad
despierta su infancia no vivida
y ella corre como una tontuela tratando de atraparla
cuando un brazo viril ciñe su cintura
la atrae hacia sí y la besa en los labios
el vampiro la toma entre sus brazos
rasga la infantil mortaja de albos encajes
y se sirve de una tumba como tálamo.

Liliana Celeste Flores Vega - 1989

martes, 3 de febrero de 2009

El vampiro suicida

Camina envuelto en las gélidas nieblas de una noche de invierno
por callejuelas antiguas y decadentes,
viste de negro y sus largos cabellos oscuros
hacen más pálida su cadavérica faz
en donde sus ojos relucen como dos carbunclos.

Despojo de una raza inmortal que duerme en los sepulcros,
hace cinco centurias vaga añorando los lejanos tiempos pasados de su juventud,
antes desafiaba a los cazadores, ahora ofrece su pecho desnudo
fatigado de vivir y de deambular bajo la luz eléctrica
que finge un falso día entre edificios, clubes y automóviles.

Ya casi amanece... llega a una iglesia
y blasfemando se enfrenta al sol naciente
orgulloso y desafiante como un réprobo
saca una estaca de debajo de su capa
¡y se la hunde en el corazón!

Liliana Celeste Flores Vega - 1996

domingo, 1 de febrero de 2009

La bruja del pantano

Ella es una anciana hechicera,
vive en los pantanos pútridos,
sus largos cabellos canosos
semejan telarañas milenarias
y sus ojos son pozos de veneno.

Ella es una anciana hechicera,
sabia en componer pócimas
y preparar brebajes,
se alimenta de cadáveres y alimañas
y maldice a la luna en silencio.

Liliana Celeste Flores Vega - enero del 2000