Sueño del castillo y el sacrificio
Junio del 2007
Nadia, Marcela y yo estamos preocupadas por la desaparición
de Janendra del journal. Dormí hasta mediodía y soñé un montón de cosas
extrañas. Primero soñé que revisaba mi email y que había un mensaje de Janendra
pero no recuerdo que era lo que decía… pero no creo que esto sea raro, pienso
que soñé eso porque estoy preocupada por ella.
Luego soñé que estaba caminando por un sendero que llevaba a
una aldea, estaba vestida como una campesina de los años 1400, tenía el cabello
largo hasta el muslo como lo tenía en 1998... llevaba una canasta de paja con
granos de trigo y me dirigía al molino para molerlos... en eso se apareció Sheithan
montando su caballo, él estaba vestido como un noble de la época, me raptó y me
llevó a su castillo (éste es un "sueño repetitivo" desde que tengo 15
años). Lo interesante es que ésta vez soñé la continuación... estaba yo en el
susodicho castillo, pero el noble ya no era Sheithan, era su shaman Petrus… y
yo era su mujer.
El castillo estaba situado en un roquerío al borde del mar y
tenía una maldición: Desde tiempos inmemoriales un monstruo marino reclamaba un
sacrificio a cada generación, éste sacrificio era uno de los hijos del noble
que llevara el titulo. Para ese entonces Petrus y yo teníamos tres hijos, un
varón y dos niñas… y nuestra hija menor había nacido con la marca del
sacrificio.
Entonces llegó el día funesto en el que teníamos que hacer
el sacrificio, el monstruo desató una tormenta. Petrus reunió a sus guerreros y
fueron en un barco a enfrentarse con el monstruo... yo subí a la torre del
castillo para ver lo que sucedía, el monstruo empezó a hacer remolinos en el
agua para hundirlos y yo empecé a cantar para calmarlo... entonces que no sé
como aparecí en el carajo del barco (entiéndase en la canastilla del mástil
mayor), seguí cantando, el monstruo se puso como tonto y lo mataron entre todos
con lanzas.
Después no sé que sucedió pero estábamos en guerra, un noble
vecino nos había invadido o algo así... Petrus me dijo que huyera por un túnel
con nuestros hijos y que le pidiera refugio a su primo... yo no quería dejarlo,
hasta lloré porque estaba muy enamorada de él y sabía que lo iban a matar.
Luego estaba huyendo por el bosque con nuestros hijos y unos
sirvientes, llegamos a un convento cuando se desató un tornado... yo me agarré muy
fuerte de la reja... de allí no recuerdo que pasó, después estaba en una de las
celdas del convento y una monja me estaba curando, tenía varias magulladuras
pero nada grave... yo tenía miedo porque era bruja y temía que las monjas me
descubrieran. No sé que sucedió con mis hijos ni con mi esposo... estaba en el
jardín del convento ya recuperada, aproveché que las monjas no estaban, me trepé
al muro y me escapé... y al caer al otro lado estaba vestida con buzo y
zapatillas en una calle común y corriente actual.
Caminé por la calle, doblé en una esquina y seguí caminando
hasta llegar a una casa con reja negra... allí estaba Janendra (aunque yo nunca
he visto foto de ella, si digo que era ella es porque era la misma mexicana de
mi sueño con Sither)... ella estaba arrodillada en el jardín haciendo unas
tortas de maíz y otras ofrendas, me hizo pasar y nos abrazamos como si nos
conociéramos de toda la vida. Ella me dijo que estaba triste porque el mar le
regresó una de sus ofrendas porque colocó mal las castañas (?) entonces llegó
una señora alta con cara de profesora y un grupo de jóvenes, todos haciendo
bulla... Janendra me dijo que era su tía y que mejor nos íbamos a otro lugar
para conversar.
Salimos, caminamos por un sendero de tierra y vimos pasar un
zorro castaño, no nos hizo daño, al contrario, nos miró "con cariño"...
luego llegamos a una playa, esas playitas pequeñas que se forman en un recoveco
y el agua del mar llega mansa... la arena era blanca y al borde del mar habían
piedritas de muchos colores muy limpias y bonitas... nos quitamos las
zapatillas y las medias, nos pusimos a recoger piedritas, caracolitos, etc...
luego yo me metí al mar a chapotear un rato, volví a la orilla a seguir
recogiendo piedritas (y las metía en una bolsa plástica para la pecera de mi
tortuga) y empecé a encontrar piedras preciosas, rubíes, diamantes, etc.
Luego no sé que pasó, el mar se convirtió en la vitrina de
una tienda llena de telas muy bonitas, Janendra y yo escogíamos telas muy finas
y una anciana nos decía: Lleven niñas, lleven todas las telas que quieran... y
yo feliz de la vida llevándome unas telas bordadas bien lindas.