in girum imus nocte et consumimur igni

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lunes, 30 de agosto de 2021

El show del paralelo

Fui a la villa para encontrarme con Jeraseth, necesitaba hablar seriamente con él.
 
Tenemos que hablar — le dije, de inmediato se puso a la defensiva — hace días que me sucede algo extraño, experimento episodios de tristeza y alegría inexplicables, por momentos me envuelve una sensación de calidez y bienestar, luego una profunda nostalgia, un anhelo de algo que tuve y que he perdido. Me despierto con la sensación de haber dormido contigo, hasta siento tu olor en mi piel y el sabor de tu boca en mis labios… el viernes en la noche estaba sentada en mi sillón teniendo una charla por zoom con unos amigos y sentía que me estabas abrazando, sentía tus caricias y tus besos, tuve que apagar mi cámara un momento porque la sensación era demasiado real.
— Si piensas que te estoy haciendo un amarre te juro que no es así — me respondió nervioso.
— Conozco bien la sensación — le dije — sé que son los ecos de un paralelo que comparte un pasado casi idéntico a este y se bifurca en un punto reciente, por eso puedo sentir las resonancias de las emociones que experimenta mi otra yo. Provienen de un paralelo en el que estamos juntos, viviendo felices con nuestros hijos… ¿fuiste a ver a Tam y le pediste que hiciera eso?
— Bien, lo confieso — me respondió — lo hice, fui a ver a Tam y le pedí que me diera un paralelo en el que estuviéramos juntos y fuéramos felices… y me lo dio.
— ¿Qué has hecho, Jeraseth? — le reclamé — sabes que no podemos alterar las líneas del tiempo.
— Déjame explicarte — me dijo — fui a ver a Tam con la esperanza que pudiera alterar este paralelo retrocediendo el tiempo hasta el momento en el que te pedí que te casaras conmigo y manipular la situación para que me aceptaras. Le pregunté si podía darme un paralelo en el que estuviéramos juntos y fuéramos felices, me respondió que sí y me entregó esto.
 
Jeraseth me mostró un artefacto parecido a un televisor antiguo.
 
— ¿Y este aparato puede retroceder el tiempo? — le pregunté intrigada.
— No — me respondió y lo encendió, entonces apareció una imagen en la que estábamos Jeraseth y yo conversando en una acogedora sala de estar — Tam no tiene ese poder, este aparato solamente permite ver lo que está sucediendo en otro paralelo.
— Déjame ver si entiendo — le dije mirando la escena — somos tú y yo, pero no somos nosotros, son otros nosotros de otro paralelo ¿verdad?... entonces lo que hizo Tam fue sintonizar la frecuencia de un paralelo en el que estamos viviendo juntos.
 
Jeraseth asintió. La escena cambió para mostrar una habitación en la que Danica estaba jugando con Jaslin y Jerith quienes tenían aproximadamente cuatro años.
 
— En ese paralelo los tuvimos como mellizos — le comenté.
— Si — me respondió — procreamos las dos gemas al mismo tiempo y ellos nacieron como mellizos. El aparato permite retroceder las escenas como si fueran las de una película y ver lo que ha pasado en ese paralelo, ¿te gustaría verlo?
— No — le respondí — pero supongo que tú ya lo viste, así que cuéntame que pasó.
— Si, lo estuve viendo durante estos días — me dijo — hay algunas diferencias en nuestras vidas, pero casi todo sucede como sucedió en este paralelo. Tu relación con Luc era más conflictiva, cuando Thew nos presentó estabas angustiada porque querías terminar la relación que tenías con Luc, pero él no lo aceptaba y te tenía amenazada, creo que eso influyó para que me vieras como alguien que podía protegerte de él. Finalmente terminaste con Luc, él reaccionó de una manera muy violenta, Thew te defendió y Luc le dio una brutal golpiza. Yo te acompañé de regreso a tu país, luego empecé a visitarte, al principio estabas decepcionada y no querías tener ninguna relación con nadie, pero después empezaste a aceptarme como pretendiente. Llevábamos seis meses estando juntos, fuimos al castillo del lago y te pedí que te casaras conmigo, no me diste un sí inmediato, pero tampoco me rechazaste. Entonces renté un departamento para que tuviéramos un lugar donde encontrarnos cuando fuera a verte.
 
Miré de reojo el artefacto, en la pantalla estábamos Jeraseth y yo en una habitación, una habitación que yo conocía, aunque en mi memoria no coincidía con ninguna de las habitaciones de los hoteles en los que habíamos estado, ahora entendía de donde tenía ese recuerdo.
 
— Te encargaste de acondicionar el departamento mientras que yo tuve que viajar para atender unos asuntos de mi trabajo — prosiguió — cuando regresé me dijiste que estabas embarazada, te volví a pedir que nos casáramos, pero me respondiste que todavía no estabas preparada para dar ese paso y que primero querías que viviéramos juntos un tiempo. Te mudaste al departamento con tu hija menor y yo procuraba estar contigo todo el tiempo que mi trabajo me lo permitiera, teníamos discusiones frecuentes por eso, tú querías que me quedara, pero mis contratos no lo hacían posible. Luego el doctor nos dijo que estábamos esperando mellizos, entonces aceptaste que comprara una casa porque necesitaríamos espacio para los niños y para el personal que tendríamos que contratar. Te dije que mínimo necesitaríamos una señora que se hiciera cargo de la cocina, otra de la limpieza, una señorita que te ayudara con los niños y dos guardias de seguridad, tú estabas fastidiada por la idea de tener tanta gente extraña en la casa y me sacabas en cara que no renunciara a mi carrera para quedarme a tu lado. Tuviste un parto complicado y estuviste tres semanas interna en la clínica, mientras tanto yo me ocupé de comprar la casa y acondicionarla, cuando te dieron de alta y te llevé a nuestro hogar no te gustaron la casa ni los muebles. Tuvimos otra discusión, me acusaste que nunca te prestaba la atención suficiente y que por eso ni conocía tus gustos, lo admití, te dije que terminaría un contrato pendiente y te prometí que me quedaría un buen tiempo contigo y los bebés, mientras tanto podías redecorar la casa a tu gusto.
 
Tenía recuerdos de esa discusión. Recordaba la casa de dos pisos de diseño moderno, un jardín con un simple cerco de flores blancas, un patio con piscina, la sala que parecía el recibidor de un bufete de abogados, la cocina y las habitaciones minimalistas.
 
Jeraseth sirvió dos copas de vino y nos sentamos frente al artefacto como si estuviéramos viendo una serie en un televisor. Era curioso ver a los nosotros de otro paralelo llevando una vida cotidiana. No nos veíamos iguales como un reflejo en el espejo, pero eran apariencias que en algún momento habíamos tenido… él se había dejado la barba un poco más crecida y yo tenía el cabello corto hasta los hombros teñido de castaño oscuro y peinado con un estilo pinup parecido al que tenía cuando nos conocimos en este paralelo.
 
— Entonces viajé y te dejé con el personal que había contratado — continuó — unos días después me dijiste que Thew había llegado de visita pues quería conocer a los bebés y se había ofrecido a ayudarte con la redecoración de la casa, me pareció bien pues él tenía gustos parecidos a los tuyos y pensé que su compañía te haría olvidar los disgustos pasados. Yo calculaba que estaría de regreso en un par de semanas, pero las cosas se complicaron, me demoré dos meses y Thew se quedó todo ese tiempo contigo. Cuando regresé y los vi juntos sentí celos, estaban tan felices que sospeché que habías vuelto a enredarte con él, discutimos y le prohibí volver a visitarte.
— Por lo que me cuentas no parece que seamos muy felices — le comenté.
— Los primeros años fueron conflictivos — me respondió — yo te dejaba mucho tiempo sola, tenías a tus amigos del grupo medieval y del ambiente literario, ibas a los eventos y reuniones que hacían, pero yo te exigía que fueras acompañada por un guardaespaldas, eso te incomodaba e incomodaba a tus amigos. Dejaste de ir a los eventos y decías que por mi culpa no podías tener una vida normal. Escribías, pero no querías que yo pagara la publicación de tus libros con una editorial de renombre, empezaste a usar un seudónimo para evitar que leyeran tus obras por ser mi mujer, tu seudónimo era masculino: Lian Stark. Te visitaba tu amiga la princesa mexica, a ella le decías que estabas bien pero no eras feliz, que me querías y te dolía que yo prefiriera mi carrera que quedarme contigo, ella te decía que no te quedaba otra que aguantarte por los niños porque tú sola no podías hacerte cargo de ellos. Eso lo sé por lo que he visto en la pantalla, yo no me daba cuenta de lo abandonada que te tenía, me dedicaba a trabajar mientras pudiera hacerlo para asegurarnos un buen futuro y pensaba que eras feliz porque no te faltaba nada a ti, ni a los niños ni a tu familia y cada vez que regresaba me recibías contenta.
— Me faltabas tú — le expliqué — bueno, supongo que a pesar de todo estábamos mejor que en el paralelo de la casa de Barranco en el que Thew se murió ahogado o en el del castillo del lago Titicaca en el que la oscuridad cayó sobre el mundo.  
— Después empezó la pandemia — prosiguió — afortunadamente estaba en nuestra casa pasando las vacaciones de verano cuando cerraron los aeropuertos. Entonces todo cambió, el primer año de la cuarentena fue maravilloso para nosotros pues me di cuenta de lo que me estaba perdiendo, las pequeñas grandes cosas de la vida como ver crecer a nuestros hijos y pasar tiempo como pareja. Empezamos a tener una vida sencilla como siempre quisiste, pasábamos las tardes jugando con los niños, adoptamos cuatro gatos y dos perros, nos dedicamos a cuidar el jardín. Las noches eran nuestras, veíamos series y películas, yo te preparaba cenas románticas y hacíamos el amor como dos enamorados. Cuando levantaron las restricciones, tú tenías miedo que retomara mi carrera y volviera a dejarte sola, pero yo me había acostumbrado a nuestra vida en familia, entonces decidí retirarme para quedarme contigo, te volví a pedir que te casaras conmigo y aceptaste. Nuestra boda fue sencilla, en casa, sin periodistas y solo con nuestros amigos cercanos. Fue el sábado, aniversario del día que nos conocimos.
 
Confirmé que de alguna manera me llegaban las resonancias de las sensaciones y emociones que mis otras yo experimentaban en sus respectivos paralelos… cómo la sensación que experimenté el viernes mientras estaba en la charla por zoom con mis amigos, la alegría con la que me desperté el sábado y mis ganas de celebrar algo, aunque no supiera que fuera. En ese momento en la pantalla se vio un acercamiento de la mano de mi otra yo y llevaba un anillo de oro con un rubí cuadrado rodeado de pequeños diamantes, muy parecido a uno que días atrás vi en la página de una joyería y me había gustado mucho. También entendí el motivo de la sensación de felicidad y satisfacción con la que me desperté el domingo y la profunda nostalgia de haber tenido algo y haberlo perdido que me embargó luego… una nostalgia que durante el día fue creciendo hasta que al llegar la noche se rebalsó en lágrimas, la añoranza por algo que nunca he vivido ni tenido en este paralelo.
 
— Cuéntame más cosas de ese paralelo — le pedí.
— Tu hija mayor vive con tu madre, le pedimos varias veces que viniera a vivir con nosotros, pero parece que yo no le caigo bien y no soporta la bulla que hacen Jaslin y Jerith — me respondió — tu tía está en una buena residencia de reposo, mis padres también están bien. Tu amiga conoció a uno de sus pretendientes en real. Thew está bien, luego de la discusión hice fui a disculparme con él, lo invitamos a la boda, de hecho fue él quien te entregó.
— ¿Durante esos dos meses que él se quedó conmigo ayudándome con la redecoración de la casa no sucedió nada entre nosotros? — le pregunté porque tenía una sensación confusa.
— Miradas, caricias y besos furtivos — me respondió sin molestia — tú sintiéndote culpable de lo que todavía sentías por él y él masturbándose en la habitación de huéspedes, pero no pasó de eso… y si hubiera pasado, pues merecido me lo hubiera tenido por haberte dejado con los bebés apenas te dieron de alta de la clínica. 
— ¿Y te enteraste? — le pregunté — es decir ¿tu otro yo del paralelo se enteró?
— Tú misma me lo confesaste — me respondió.
— Entonces no entiendo por qué te disculpaste con Thew — le comenté.
— Fui a disculparme con él fingiendo que no sabía lo que había sucedido entre ustedes y admitiendo que me había comportado como un imbécil — me respondió — Thew, como el caballero que es, no me contó detalles, pero estuvo de acuerdo que era mejor que no volviera a visitarte porque él seguía enamorado de ti. Esa sinceridad me gustó e hicimos las paces. Mi venganza fue invitarlo a nuestra boda y pedirle que te entregara en la ceremonia como una demostración de buena voluntad, tú no tenías ningún familiar varón que pudiera hacerlo y él nos había presentado.
— Eso fue cruel — le dije y él sonrió ladinamente.
 
Jeraseth volvió a llenar las copas. En la pantalla vimos que él salió de nuestra habitación, bajó las escaleras, entró a la biblioteca y tomó un libro que estaba sobre el escritorio, el título era “La leyenda de Vintergard” tenía un subtítulo que no distinguí, pero el nombre del autor era Lian Stark. Leyó el prólogo impostando la voz como si estuviera interpretando la introducción de una película, sonrió y lo colocó en un librero al lado de otros dos libros, era el último de una trilogía. Era el mismo título de la novela de fantasía épica que empecé a escribir hace más de veinte años y hasta ahora no he podido terminar, entonces supe que nunca terminaría de escribirla en este paralelo.
 
— Ya no perderé el tiempo tratando de terminar esa novela — le dije haciendo un mohín.
 
Luego subió y revisó las habitaciones de los niños. Danica estaba durmiendo con un gato tricolor a los pies de su cama. Jaslin y Jerith compartían una habitación con camas gemelas. La decoración de la casa era estilo shabby chic, habíamos reemplazado casi todos los muebles. Después regresó a nuestra habitación en la que yo lo estaba esperando, me había puesto un babydoll que combinaba con el peinado y maquillaje pinup que llevaba. La habitación estaba a media luz y se escuchaba una música instrumental de los años 40s creando un ambiente romántico y sensual.
 
— Si es un paralelo en el que han sucedido casi las mismas cosas que en este supongo que sucedió lo del sacrificio de los Soles en el Trono Dorado, los eventos trascendentales se repiten en la mayoría de los paralelos — le dije, Jeraseth asintió — por lo tanto asumo que Lucien está ocupando el lugar de Luc, pero era incómodo invitarlo a nuestra boda. 
— No — me respondió — Luc murió esa noche, supuestamente por una sobredosis de drogas. Por la pandemia no pudimos ir a su velorio, pero cuando se permitieron los vuelos Thew te trajo la urna de cenizas y la pusiste sobre tu cómoda. Le pones inciensos, le das las buenas noches y los buenos días, hasta le cuentas lo que haces y le lees tus libros.
— ¿Hablo con un ánfora funeraria y no me has llevado al psiquiatra? — le pregunté.
— Yo te llevaría — me respondió — es mi otro yo quien no lo hace, es un imbécil a quien le parece que lo que es haces es tierno.
 
Nos reímos de que se hubiera llamado imbécil. En la pantalla estábamos besándonos con pasión. Jeraseth apagó el aparato y me hizo un gesto para ir a la cama.
 
— Una pregunta más — le dije — ¿se puede ver qué sucede en el futuro?
— No — me respondió — el paralelo transcurre sincronizado con este, se puede ver el pasado como quien retrocede una película, pero no se puede ver un futuro que aún no sucede.
— ¿Y qué ha pasado a nivel mundial? — le pregunté por curiosidad.
— Pues me parece que lo mismo que ha pasado en este paralelo — me respondió — a veces salen escenas de nuestros familiares y amigos cercanos, pero no he podido ver detalladamente lo que está sucediendo en el resto del mundo, creo que Tam solo sintonizó lo que nos concierne a nosotros.
 
Jeraseth me besó y me llevó a la cama. Hicimos el amor y luego seguimos conversando.
 
— Lilith — me dijo acariciando mi cabello que soltó unas chispas rojizas — cuando vi que el aparato solo servía para ver un paralelo le pregunté a Tam si podía mostrarme otros paralelos, primero se negó, pero luego accedió como una manera de compensarme por no haberme dado lo que le pedí. Tam me llevó a una sala donde había un monitor que mostraba varios cuadros, me explicó que cada cuadro correspondía a un paralelo y me dijo que podía elegir otros paralelos en los que estuviéramos juntos para sintonizármelos en el aparato. Me dejó solo y aproveché para buscar los paralelos en los que no ha sucedido lo del sacrificio de los Soles en el Trono Dorado, encontré dos paralelos en los que Luc aún está vivo. Uno es un mundo postapocalíptico como Mad Max y el otro es un paralelo infestado de zombis, en ambos Luc es un sobreviviente y está buscándote.
 
Ya me habían dicho que existían algunos paralelos en los que Luc no se había inmolado en el Trono Dorado. No quise indagar, pero Jeraseth me dijo más de lo que quería saber.
 
— ¿Por qué visitas tanto a Lucien en el real cómo súcubo? — me preguntó.
— Discúlpame — le respondí entendiendo que eso le molestara — es algo que no puedo evitar, pero te prometo que trataré de no hacerlo.
— No te lo estaba reclamando — me aclaró — quiero que te des cuenta por qué lo haces. Seamos sinceros, lo haces porque extrañas a Luc. Lo que buscas es su cuerpo, su tacto, su olor… lo haces para revivir los momentos cuando estaban juntos.
— Si, lo hago por eso — admití — pero también lo hago porque necesito la energía de Lucien.
— Inmediatamente después de la muerte almática de Luc empezaste a visitar al doppelgänger que se quedó ocupando su cuerpo — me recordó — pero no lo hacías cómo súcubo, muchas veces solo lo contemplabas mientras estaba haciendo cosas cotidianas.
— El doppelgänger se estaba deteriorando — le respondí — ya no podía darme energía.
— Es cierto — me concedió — pero igual lo visitabas. Una vez dijiste que, aunque el doppelgänger ya no tenía la energía para corresponderte, te hacía feliz solo contemplarlo mientras dormía. Luego Lucien pasó a ocupar el cuerpo de su padre y volviste a hacerle visitas nocturnas como súcubo. Sé que necesitas la energía de Lucien, pero puedes buscarlo y follártelo en el astral cuando se te antoje, además está más guapo y su energía es más pura. Pero prefieres buscarlo en el real…
— Porque extraño a Luc — le respondí.
— Si — me respondió — pero también lo haces por la resonancia… el cuerpo de Luc puede captar las reverberaciones de sus otros él de los paralelos en los que no ha muerto y tú, inconscientemente, respondes a esa resonancia. El destello azul que ves en sus ojos cuando le haces el amor no es idea tuya. Puedes comprobarlo si quieres, ve al Templo del Sol, abre el cofre que guarda los restos de su gema y verás que entre las cenizas todavía hay chispas azules.
 
Por un momento tuve una esperanza, pero luego recordé que, tarde o temprano los acontecimientos trascendentales se repiten en todos los paralelos.
 
— Chispas azules que terminarán apagándose — le respondí con tristeza — verlas solo alimentarán mis esperanzas de algo que ya no puede ser porque tarde o temprano esos otros él también morirán en sus respectivos paralelos para reunirse con los que ya están en la Fuente.
— No irán a la Fuente — me dijo.
— ¿Qué quieres decir? — le pregunté.
— Tu Luc no fue a la Fuente — me respondió — su energía fue consumida para sostener el Trono Dorado y su esencia fue asimilada por el Emperador. Los esbirros del Emperador están recolectando los otros ellos de todos los Soles que se inmolaron voluntariamente en este paralelo, los interceptan en el momento que mueren y los llevan al Trono Dorado para ser sacrificados.
— ¿Y para qué me lo estás diciendo? — le pregunté impotente — no puedo hacer nada.
— Si puedes — me respondió — puedes evitarlo interceptándolos en el momento de sus muertes antes que los esbirros del Emperador lo hagan y los obliguen a inmolarse en el Trono Dorado. Eres la luna celta, heredera de Ariadna, la dueña de las almas… tu ocupación es recoger las almas de los fallecidos en la orilla y llevarlas en tu barca al otro lado. En el caso de los otros Luc, aunque no son tus parejas, ellos tienen el derecho que tú seas el psicopompo que los guíe al otro lado. Podrías interceptar al Luc del paralelo de los zombis y al del paralelo Mad Max en el momento que mueran, pero en lugar de hacerlos cruzar al más allá, donde seguramente los esbirros del Emperador estarán esperándolos, puedes anclarlos en su cuerpo de este paralelo.
— Y crearía una aberración semejante a un horrocrux — observé — dos fragmentos de alma atados a un cuerpo que en unos años morirá de muerte natural.
— No son fragmentos de alma — me respondió — cada uno es un alma completa.
— Lucien está ocupando ese cuerpo — le recordé — y en el caso que lo moviéramos a un cuerpo más adecuado a su edad almática y al gusto de Elianne, solo podría anclar a uno de los Luc.
— Puedes anclar a los dos con un cordón doble — me respondió.
— ¿Y qué ganaríamos con eso? — le pregunté.
— Pues que no los sacrifiquen en el Trono Dorado y evitar la destrucción de su pilar almático — me respondió — mientras su pilar se mantenga en pie hay esperanzas. Si el Emperador muere todas las esencias que asimiló serán liberadas y regresarán a sus pilares respectivos.
— Eso es levantarnos en contra del Imperio — le dije.
— Los esbirros del Emperador están tomando los otros ellos de los Soles que aceptaron inmolarse sin permiso — me respondió — el trato que se hizo fue entregar la energía de un Sol para sostener el Trono Dorado, por eso se pidió que entregaran las gemas, nunca se aceptó entregar sus esencias. Ellos tomaron sus esencias y además ahora están tomando a los Soles de los otros paralelos. Están atentando contra el Orden del Universo y la Fuente destruyendo pilares almáticos para mantener vivo a un cadáver al que adoran ciegamente. Tú tienes el derecho, e incluso diría el deber, de evitar la destrucción del pilar almático de Luc.
 
No supe que responderle, era algo que me sobrepasaba.
 
— Los Renegados estarán a tu lado apoyándote — me dijo — uno de ellos es tu hijo y los otros son hijos de otras Lunas, amigas y aliadas tuyas. Lunas que también perdieron a sus respectivos Soles, que eran sus esposos y hermanos. Lunas que claman venganza.
— Los Renegados fueron purificados — le respondí.
— En la fuente de la vida del astral azul — me recordó — purificados de la ruina de los Dioses del Caos, pero siguen siendo Renegados del Imperio y ahora son leales a sus respectivas madres, las Diosas del linaje de Astarté. El Fénix es el prometido de tu hija Luana.
— Dime lo que quieras decirme sin rodeos, hijo de Nergal — le dije.
— Crea alianzas con los Renegados y con los que son Leales al Imperio — me respondió — ofréceles lo que ellos siempre han deseado y que el Emperador siempre les ha negado.
— ¿Qué es lo que podría ofrecerles? — le pregunté.
Una familia que los ame — me respondió — el amor de una madre, el amor de un hermano, el amor de una esposa, la opción de tener hijos a los que ellos amarán y protegerán. Dos de los Leales son hijos tuyos y han tomado mujeres, uno a su hermana y el otro a una guerrera de un mundo élfico… ¿crees que el Emperador sigue considerándolos Leales cuando han roto sus juramentos? ¿de qué lado piensas que se pondrán ellos cuando el Emperador los amenace con exterminar a sus hijos?... For our children! será el grito de guerra que estalle en sus gargantas cuando levanten sus puños contra el Emperador para defender a sus familias.
— ¿Crees que perderán su honor para defender a sus familias? — le pregunté.
— Si, porque a pesar de todo siguen siendo humanos — me respondió — ya lo dijo el maestre de la Guardia de los Cuervos: ¿Qué es el honor en comparación con el amor de una mujer? ¿Cuál es el deber frente a la sensación de un hijo recién nacido en tus brazos o el recuerdo de una sonrisa entre hermanos? El viento y las palabras. Sólo somos humanos, y los Dioses nos han formado para el amor. Esa es nuestra gloria y nuestra gran tragedia.
 
Busqué el refugio de su pecho. Jeraseth acarició mi cabello, sabía que estaba llorando en silencio.
 
Liliana Celeste Flores Vega – lunes 23 de agosto del 2021
Imagen: Google

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