Libélulas
vagarosas en los cendales incoloros. La luna en cuarto creciente es una barca
de argento que navega en los mares oníricos.
La dama blanca se
prepara para su travesía. Aborda la barca de plata y recorre los sueños de los
hombres en busca del guerrero que ha de salvar su reino de ilusiones.
Recorre los
sueños de los hombres pero no encuentra al guerrero indicado, se arriesga
entrando a las pesadillas pero sigue sin encontrarlo.
Ya casi amanece y
cansada emprende su retirada resignada... entonces en el horizonte vislumbra
una chispa de luz divina, presurosa entra a ese sueño... ¡Ha encontrado al
héroe prometido!... ¡Es un niño que aún cree en la magia!
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