in girum imus nocte et consumimur igni

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jueves, 19 de septiembre de 2019

La mansión



Antañera y vetusta mansión
sobre la que hace centurias
olvidada por el mismo olvido
pesa una extraña maldición.

Me estremezco cuando atravieso sola los húmedos pasillos
pues temo que de entre las grietas de los muros
salga una mano huesuda a cogerme del vestido.

Desde los enormes ventanales
me espían sombras difusas y rostros horrendos
como si fueran las mismísimas caras del pecado materializadas.

En las tardes cuando estoy en la biblioteca leyendo
desde la torre lejana llega un sollozo como el de un alma en pena
o el de una mujer emparedada tras el muro.

No puedo dormir tranquila pues en las noches se escuchan
gemidos de ultratumba que parecen llantos de reos
que agonizan en despiadadas torturas.

Antañera y vetusta mansión
sobre la que hace centurias
olvidada por el mismo olvido
pesa la maldición de Dios.

miércoles, 18 de septiembre de 2019

Redención


Jessica era la chica fea, rara y antipática del barrio. De baja estatura, rechoncha y colorada parecida una cerdita amargada, detestaba a las demás muchachas bonitas de la escuela, especialmente a Claudia quien además de bonita era inteligente y talentosa. Siempre les hacía bromas pesadas y pasar malos ratos.

Durante el último año de secundaria una agencia artística que buscaba nuevos talentos hizo un concurso en el colegio. Claudia se presentó tocando el violín y ganó el concurso, pero la noche de la premiación Jessica se las arregló para que en el momento en que Claudia subiera al escenario a recibir su premio le cayera encima un balde con excrementos.

Esa fue la gota que colmó el vaso, el director del colegio llamó a los padres de Jessica para que pusieran a su hija en tratamiento psicológico.

Y la terapia obró maravillas, Jessica se disculpó con sus compañeras a quienes les había hecho la vida imposible desde el jardín de infancia y se volvió una muchacha amable y cariñosa.

Pero luego de un tiempo las demás muchachas, ahora sus amigas, notaron que Jessica ocultaba una profunda tristeza. Una tarde Jessica les confesó el motivo de su infelicidad: Tenía un sueño, quería operarse para ser físicamente como verdaderamente se sentía que era por dentro, esa insatisfacción y frustración con su cuerpo había sido el motivo de su anterior comportamiento, pero pagar esa operación era algo imposible para su familia que tenía escasos recursos económicos.

Entonces las demás muchachas decidieron hacer una colecta para recaudar el dinero que se necesitaba para cumplir el gran sueño de Jessica. Claudia hizo conciertos, las demás muchachas vendieron besos y calendarios sugerentes. Finalmente reunieron el dinero.

Y así, luego de aprobar todos los exámenes psicológicos requeridos para el procedimiento de transespecie, la mente de Jessica fue trasladada al cuerpo sintético de una cerdita. Claudia la adoptó como mascota y fueron muy felices.


lunes, 16 de septiembre de 2019

El marciano


Cuando a su esposa le diagnosticaron cáncer los médicos le juraron que con el innovador tratamiento ella se curaría. Pero su esposa falleció y ahora él estaba endeudado por el resto de su vida pues había tenido que pedir varios préstamos para costear ese tratamiento.

Como si fuera poco también lo despidieron de su trabajo por tantas veces que faltó para quedarse en casa cuidando a su esposa.

Le embargaron su casa y su carro. Afortunadamente un amigo le dio alojamiento por unos días. Necesitaba encontrar un trabajo, lo que fuera. Y así fue como llegó a ese curioso anuncio en la web que solicitaba: "Se necesita hombre mayor de 35 años dispuesto a dejarlo todo en este mundo"

Entre la curiosidad y la desesperación llamó al número indicado. La paga que ofrecían, por adelantado, era una fortuna. Pensó que tendría que haber algo turbio pero se dio cuenta de que no había perdido todo, sino que ya no tenía nada que perder. Si lo contrataban podría pagar todas sus deudas y hasta dejarle una pensión a su madre. Sin dudarlo más concertó una cita.

Lo contrataron, le pagaron el dinero prometido para que solucionara sus asuntos y le ayudaron a fingir su suicidio. Ya con una nueva identidad y después de un año de duro entrenamiento en una base militar secreta abordó la nave espacial que lo llevaría, en un viaje sin retorno, a una colonia en Marte.

sábado, 14 de septiembre de 2019

Mermelada


Sonó el timbre, Micaela abrió la puerta, era un repartidor con una caja de regalo. Micaela la recibió con desgano, la tarjeta decía: "De parte de Antonio, que pases un dulce fin de semana"

Otro regalo de Antonio, ese compañero de trabajo nuevo que no se cansaba de cortejarla. Micaela abrió la caja, eran dos frascos de mermelada de frutos secos.

El aroma de los frutos secos le traía tantos recuerdos de su infancia... remembranzas de los días de verano que pasaba en la casa de campo con su abuela, el desayuno con pan blanco recién horneado y mermelada de frutos secos... Ese aroma dulce y añejo se le metía hasta el fondo del alma trayéndole tantas sensaciones y emociones...

Micaela tiró los frascos de mermelada de frutos secos a la basura... verdaderamente los odiaba.


viernes, 13 de septiembre de 2019

Titus Clock


Conocí a Titus Clock en un sueño. Me encontraba en el bosque de otoño buscando tréboles dorados, entonces lo ví... tenía la apariencia de un caballero inglés, estaba sentado sobre un tronco caído y entre sus manos sostenía un libro... pero era un libro muy peculiar, de este salía una bruma azul en la que flotaban unos barcos.

- ¡Buenas tardes! - exclamé, él se sobresaltó, cerró su libro con prisa y terminó mojado de pies a cabeza con una estrella de mar pegada en la frente.

No puede evitar reírme de su apariencia tan cómica aunque luego le pedí disculpas por haberle dado tal susto. Me dijo que era hijo de una Hacedora de Mundos y un Viajero del Tiempo, aquel libro le mostraba las fallas anacrónicas y los vórtices a otras dimensiones que deberían de cerrarse, ése era su trabajo.

Y desde entonces nos hicimos muy buenos amigos, muchas veces lo he acompañado en sus misiones y hemos vivido mil y una aventuras extrañas. Si quieren que se las cuente los espero a la hora de las brujas bajo el gran olmo.

jueves, 12 de septiembre de 2019

La casona de la colina


En lo alto de la colina se levantaba una vetusta casona abandonada, los habitantes del pueblo contaban las típicas historias de miedo que se cuentan sobre aquellas casonas lúgubres de que allí habitaba una bruja o que estaba maldita.

El portón estaba cerrado pero lo que más llamaba la atención era que las ventanas estaban tapiadas con tablones de madera desde dentro como si quienes la habitaron se hubieran encerrado por su propia voluntad.

Ruth era muy curiosa y aquella casona, abandonada desde la época de sus abuelos, la intrigaba mucho. Entonces una tarde subió a la colina, trepó a una de las ventanas, empujó uno de los tablones que ya estaba apolillado y entró.

Recorrió el salón con muebles antiguos, husmeó en la biblioteca, miró los cuadros cubiertos de polvo... Finalmente subió a la segunda planta y en el dormitorio principal encontró en la amplia cama con doseles cuatro esqueletos humanos, al parecer eran de un hombre, una mujer y dos niños.

En la mesa de noche había un diario abierto, Ruth leyó:

"Todo empezó por la caída del meteorito en el valle. Una extraña mutación empezó a afectar a nuestros vecinos, nos encerramos para no contagiarnos, llevamos tres meses aquí, ya no tenemos alimentos, hemos decidido que el veneno es mejor que la larga agonía por el hambre"

Entonces no había más misterio, ellos mismos se habían encerrado y luego se habían suicidado. Ruth batió sus alas y salió volando por un tragaluz para contarle a sus amigos que ella había descubierto el misterio de la tan temida casona.


lunes, 9 de septiembre de 2019

Los Olvidados


Al asomarse el sol por el horizonte, el volcán rugió. Kaelah, la sacerdotisa de la venerada Asherah, supo que era la primera señal que anunciaba la ruina de la magnífica ciudad de Karaam Daar, la de las murallas de mármol rojo y jardines colgantes.

Kaelah subió a la torre e hizo sonar la campana de bronce, aquella que lloraría el día del final. Entonces todos los habitantes sintieron el miedo, abandonaron sus hogares y agobiados se dirigieron a la explanada del Templo. Pero tenían una esperanza: La profecía decía que llegado ese momento la benevolente Asherah llegaría en su carruaje celestial y los salvaría. Entonces cayeron de rodillas y empezaron a orar.

Los temblores eran cada vez más fuertes, los habitantes de la condenada Karaam Daar rezaban y lloraban suplicando a su diosa que apareciera. Con un gran estruendo el volcán hizo erupción y la lava amenazaba con llegar a la ciudad, la nube fatal de gases tóxicos se acercaba para llevarse con ella hasta el último aliento de los desdichados habitantes de Karaam Daar.

Pero entonces del otro lado del horizonte el cielo se abrió y una luz blanca iluminó la mañana que se había tornado en noche... Kaelah se llenó de alegría pero entonces se dió cuenta que aquella cosa que había surgido del vórtice no era el carruaje celestial de Asherah, era el dragón de Sheithan, el enemigo acérrimo de su diosa.

Y ante la mirada atónita de los desesperados habitantes de Karaam Daar las fauces del dragón se abrieron y Sheithan descendió... aquel dios que ellos tanto habían odiado y maldecido les ofrecía la salvación. Entonces renegaron de Asherah y abordaron aquella gigantesca nave nodriza que tenía forma de dragón.

Y mientras la nave se alejaba los ríos ardientes de lava cubrieron la ciudad de Karaam Daar, aquella que Asherah olvidó.

viernes, 6 de septiembre de 2019

Lilith de las Lechuzas


Soy la Luna Oscura, la Hechicera que conjura sortilegios en las tinieblas y escribe profecías en el aire, la Guerrera que cabalga sobre una Quimera a través de la tormenta empuñando una porra sangrienta, la Reina que se sienta en un trono hecho de cadáveres y espadas quebradas. Soy la Madonna de la Lujuria, la Regente del Burdel del Diablo que se regodea en un lecho de sábanas negras ebria de vino especiado contemplando la lúbrica danza de las orgías infernales.

O tal vez debería de decir que lo era. Cuando el Cometa Negro surcó los cielos anunciando el Final del Ciclo y el Inicio de una Nueva Era me desposé con Lucifer en un ritual que se llevó a cabo en la isla misteriosa que emergió del mar y el Primigenio que dormía en las profundidades de su Ciudad Maldita despertó para ser el testigo de nuestro enlace. Heredamos de nuestros padres los Cetros del Sol y la Luna y con ellos el deber y el derecho de reinar sobre el Astral Azul y sus ciento once mundos.

Entonces Lucifer, mi hermano y consorte, decidió cobrarse por los siglos de exilio y vengarse de mis infidelidades. De inmediato prohibió las bacanales de medianoche en el jardín prohibido de mi Harén, expulsó al limbo a mis sumisos esclavos de lecho y encerró en las mazmorras a mis pervertidos amantes. Le concedí la razón pues estaba en su legítimo derecho de exigirme el respeto que se merece un esposo… pero allí no cesó su enojo. Me negó el permiso para asistir a los festines que las brujas y las hadas oscuras en el Bosque Petrificado. Ordenó silenciar los himnos profanos y los cánticos de guerra blasfemos que cantaban mis devotos seguidores en el milenario círculo de piedras las noches luniplenas. Canceló las ofrendas sangrientas que mis feroces guerreros legendarios me obsequiaban y depositaban en los altares impíos de mi Templo Maldito que se levanta en el límite de la Noche y del Eterno Ocaso. Arrojó al Mar de la Eternidad las joyas y gemas que atiborraban las arcas de mi Palacio de Cristal, ricos obsequios de mis aduladores pretendientes. Trastocó todo mi Imperio… sólo respetó la biblioteca de mi Castillo de Invierno en mis feudos del Norte.

Cuando decidí darle la espalda en el lecho matrimonial reconoció su exceso, se disculpó y me prometió que me daría un obsequio que compensaría todo lo que había quitado. ¿Qué regalo podría ofrecerme Lucifer para compensar lo que la ciega furia de sus celos me había arrebatado?... ¿Qué pecado nunca antes cometido que me satisficiera y que no fuera una afrenta a su honor y orgullo podría inventar?... ¿Qué vino embriagador o delicioso manjar nunca antes degustado que deleitara mi paladar, canción o melodía nunca antes escuchada que me estremeciera de emoción, ofrenda o sacrificio nunca antes inmolado que me complaciera, joya preciosa o tesoro insólito nunca antes visto que me deslumbrara, grimorio prohibido o pergamino perdido en el tiempo que despertara mi curiosidad podría encontrar mi amado hermano y consorte para compensarme?

Sé que él buscó desde las alturas del Cielo iluminado hasta las profundidades oscuras del Mar donde duermen los Dioses Olvidados y más allá… en la lobreguez del Infierno donde el fuego eterno se ha congelado. Pero regresó sin haber hallado en lo bendito ni en lo profano un obsequio que ofrecerme. Se sentó abatido en las escalinatas polvorientas del Templo de la Desolación, abatido pero decidido a no devolverme lo que me había arrebatado.

Me senté a su lado con una copa de nepente en la mano y bebí un sorbo intentando convencerme que la eternidad no es demasiado tiempo. Recosté mi cabeza sobre su hombro y nos quedamos en profundo silencio hasta que cayó la tarde, entonces una estrella de pálida luz rutiló en el horizonte azul marino e iluminó su semblante sombrío. Lucifer sonrió, con una perversidad que no capté en ese momento, me besó y me dijo que finalmente había encontrado el obsequio perfecto.

Y ésa noche, sin duda maldecida por los ángeles castos, Lucifer me tomó de la mano y cruzamos las ignotas sendas astrales… llegamos a una alcoba, estaba en penumbras, las volutas del incienso de rosa y sándalo le otorgaban a la habitación un halo sacrosanto… adiviné la silueta de un hombre que dormía plácidamente en un lecho de sábanas blancas… pero para mí, la Reina de los Súcubos, no era el regalo más novedoso. ¿Por qué Lucifer me ofrecía a este hombre con tanta ceremonia?

Me incliné sobre el durmiente para ver su rostro, lo reconocí: El reflejo de mi hermano y consorte en el espejo de la Luna. Entendí, aunque a medias. Con dedos de hada taciturna acaricié su mejilla, una sensación extraña me recorrió entera como si estuviera cometiendo un sacrilegio con tan sólo acariciar el rostro del hombre que tan plácidamente dormía… y fue una sensación deliciosa. Me incliné sobre él y posé mis labios sobre los suyos, entre sueños él reaccionó entreabriendo los labios, bebí su aliento, fue un beso pero me excitó demasiado… una corazonada, un sobresalto… y me aparté del hombre que sonrió entre sueños esperando otro beso etéreo. Interrogué a Lucifer con la mirada y el me respondió: “Tiene nuestras esencias de Sol y Luna, es nuestro y puedes tomarlo cuando lo desees”.

La noche siguiente hice sola la visita nocturna. Bajo mi forma de lechuza blanca me deslicé en un rayo de luna y posé en el borde de la ventana de aquella habitación… contemplé al hombre que dormía desnudo entre las sábanas blancas, sobre el velador había una vela blanca perfumada. Me deleité recorriendo con la mirada su anatomía y los tatuajes que adornaban su piel, me llamó la atención uno en especial pues era el símbolo de los guerreros de Huaca Sian.

Tomé mi forma de dama blanca espectral y me incliné sobre su pecho, con dedos de seda acaricié sus párpados cerrados y algunos mechones de su cabello castaño… rocé mis labios con los suyos, su boca tenía un leve sabor de té, naranja y miel… aquel hombre me dejó hacer a mi antojo… me embriagué libando el vino más delicioso de su boca y disfruté de su cuerpo.

Después de haber pecado descubrí quien era: El Lucero de la Tarde que rutila con brillante luz azul inmaculada, una rosa inglesa de impolutos pétalos perfumados que creció en un invernadero… era nuestro hijo primogénito, fruto de nuestro amor incorrupto. Y Lucifer me lo entregó para que lo seduzca y lo arrastre a mis tinieblas con las caricias equivocadas de una madre enamorada.


El mercenario


Nadie sabe su nombre... es un vagabundo de largos cabellos cenicientos y ojos sin color.

Se dice que es un noble guerrero que perdió el honor y ahora vaga envuelto con un manto de neblina cubriendo su vergüenza y arrastrando su dolor.

Con la armadura mellada, el escudo desvencijado, la espada sangrante y el yelmo roto emergió de su sepulcro oculto en el lado oscuro de la luna obedeciendo el conjuro de un arcángel de ojos violetas.

Se dice que se convirtió en un mercenario y que el devorador de almas le prometió la inmortalidad si le trae de regreso a la princesa fugitiva que huyó hacia el mar.

Nadie sabe su nombre... el vagabundo va siguiendo las huellas que los pequeños pies de la princesa van dejando sobre la arena.

El árbol milenario


En las profundidades del bosque sagrado se yergue, desafiando al tiempo, el árbol milenario de los frutos amargos.

Entre sus raíces retorcidas tiene su morada una triste doncella pálida, bella como la aurora, serena y triste como la niebla.

La desdichada virgen carga la culpa de un oscuro pecado y fue condenada a regar eternamente con su llanto el árbol milenario de los frutos amargos.