Sueño de la verbena
23 enero del 2008
Soñé que estaba con Luis en la ciudad de Lugo (la reconocí
por las murallas)... era de noche y había verbena de no se que cosa... y yo
estaba embarazada como de 6 meses. Luis se encontró con unos amigos suyos
quienes empezaron a decirle que cantara un par de canciones bla bla... yo me
escabullí para mirar los quioscos de chucherías y entre la multitud divisé a un
muchacho de cabello rubio y ojos azules... era Miguel.
Lo llamé, él volteó y me miró sorprendido, su mirada era
triste y melancólica. Le hice un gesto para que se acercara a mi pero él huyó…
yo lo seguí... fue una persecución como de película por la muralla, puentes,
callejuelas, callejones... y yo que estaba embarazada. Me cansé de correr, tuve
que detenerme a tomar aire en una de las escaleras de piedra y Miguel se me
escapó.
Entonces miré a mí alrededor y ni idea de donde estaba. Me
había alejado de la plaza donde era la verbena y estaba en la parte fea de la
ciudad... se me acercó una anciana harapienta y jorobada, yo rebusqué en mi
bolso y le di unas monedas pero ella no quiso recibirlas:
La anciana: No, niña... quiero velas.
Yo: Tome el dinero y compre las velas.
La anciana: No niña, ponga vuestra merced las velas en mi
nombre.
Yo: ¿Dónde?
La anciana: En la capilla de San Froilán.
Me indicó como llegar a la susodicha capilla... llegué,
compré dos velas blancas a una vendedora e iba a entrar para encenderlas al
santo cuando un amigo de Luis me jaló del brazo, me dijo que él estaba como
loco buscándome... no me dejó entrar a la capilla y me llevó a la fuerza de
regreso. Me desperté... ahora por culpa de ése piojoso tendré que comprar velas
para San Froilán.
23 enero del 2008
Soñé que estaba con Luis en la ciudad de Lugo (la reconocí
por las murallas)... era de noche y había verbena de no se que cosa... y yo
estaba embarazada como de 6 meses. Luis se encontró con unos amigos suyos
quienes empezaron a decirle que cantara un par de canciones bla bla... yo me
escabullí para mirar los quioscos de chucherías y entre la multitud divisé a un
muchacho de cabello rubio y ojos azules... era Miguel.
Lo llamé, él volteó y me miró sorprendido, su mirada era
triste y melancólica. Le hice un gesto para que se acercara a mi pero él huyó…
yo lo seguí... fue una persecución como de película por la muralla, puentes,
callejuelas, callejones... y yo que estaba embarazada. Me cansé de correr, tuve
que detenerme a tomar aire en una de las escaleras de piedra y Miguel se me
escapó.
Entonces miré a mí alrededor y ni idea de donde estaba. Me
había alejado de la plaza donde era la verbena y estaba en la parte fea de la
ciudad... se me acercó una anciana harapienta y jorobada, yo rebusqué en mi
bolso y le di unas monedas pero ella no quiso recibirlas:
La anciana: No, niña... quiero velas.
Yo: Tome el dinero y compre las velas.
La anciana: No niña, ponga vuestra merced las velas en mi
nombre.
Yo: ¿Dónde?
La anciana: En la capilla de San Froilán.
Me indicó como llegar a la susodicha capilla... llegué,
compré dos velas blancas a una vendedora e iba a entrar para encenderlas al
santo cuando un amigo de Luis me jaló del brazo, me dijo que él estaba como
loco buscándome... no me dejó entrar a la capilla y me llevó a la fuerza de
regreso. Me desperté... ahora por culpa de ése piojoso tendré que comprar velas
para San Froilán.
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