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lunes, 26 de diciembre de 2016

Sueño de Thadia y Ethilin

Sueño de Thadia y Ethilin
22 de febrero del 2007

Soñé que estaba buscando un lugar en donde construir mi nueva mansión onírica (porque no pienso volver al castillo, no quiero ver a Jonathan). De pronto aparecí en una ciudad al estilo de las ciudades de Inglaterra de 1900 y entré a una tienda de antigüedades para comprar un cuadro. El muchacho que atendía estaba guapo (típico inglesito, cabello rubio, ojos azules, cara de niño bueno), conversamos sobre arte y luego él me invitó a pasar a la trastienda. Estábamos follando cuando escuchamos que alguien entró a la tienda violentamente y empezó a rebuscar las cosas... el muchacho me dijo: “No hagas ruido, quédate quieta... maldición, otra vez ésa Thadia buscando si tengo el contrabando”.

Luego salimos, vimos que toda la tienda estaba de cabeza, el muchacho empezó a buscar algo en los cajones de una cómoda estilo Luis XV... al parecer la tal Thadia se había llevado “ése algo” (yo ni idea de que era). El muchacho puso cara de asustado, a mi me dio pena y le pregunté si podía ayudarlo en algo, entonces él me dijo: “Acompáñame a hablar con el Mayor von Reinhart”

Salimos, ya era de noche. Llegamos a una casona tipo victoriana muy elegante, en la entrada había una placa de bronce que decía “Mayor von Reinhart” (por eso sé como se escribe), tocamos y nos atendió una mucama vestida con su uniforme negro y mandil blanco. Nos hizo pasar a una biblioteca, el tal Mayor era un señor como de 55 años, colorado, cabello y barba rubio rojizo, ojos verdes y un poco obeso. El muchacho le dijo que la tal Thadia había entrado a la tienda de antigüedades y se había llevado “eso”

Ellos se pusieron a conversar, como yo no sabía que hacer ni que decir me puse a ver la biblioteca. Me llamó la atención un cuadro... era de un fulano afeminado, jovencito, como de unos 20 años, piel bronceada, cabello castaño con una mecha dorada medio rapado y peinado en cola alta, ojos color ópalo, vestido al estilo egipcio mismo faraón con la joyería y todo... a leguas se notaba que era un verde... debajo del cuadro había una placa que decía Sol Lukusah... ni idea que hacía ese cuadro en la biblioteca del Mayor inglés.

Luego el sueño giró. Estaba en una plazoleta iluminada con faroles de gas conversando con el muchacho... entonces pasó una anciana que vendía flores, se nos acercó, el muchacho me compró un ramito de crisantemos rojos. Entonces yo me puse de pie, le dije: “Lo siento, no puedo corresponderte”... y me fui.


Después no sé como estaba en mi casa, pero en el que era mi departamento en el segundo piso. Estaba por acostarme cuando escuché mucho alboroto afuera, me asomé por la ventana y vi en mi jardín un conejo enorme de color gris y bajé para atraparlo... en la escalera me encontré con una anciana (supuestamente era una inquilina), ella me dijo: “Agárralo y mátalo”... yo lo atrapé e iba a matarlo pero me dio pena porque el conejo se me acurrucó, entonces lo llevé a la veterinaria que queda a dos cuadras de mi casa, toqué el timbre, salió una chica (en mi sueño era la hija del veterinario) y se lo entregué diciéndole que el animalejo se había metido a mi jardín y yo no podía cuidarlo.

Cuando regresé a mi casa la anciana me estaba esperando en el descanso de la escalera, me pidió que entrara al departamento de al lado (en el segundo piso tenemos dos departamentos) pero al entrar vi que el departamento no era como es, estaba muy sucio y descuidado, iluminado con lamparines. La anciana me llevó a uno de los dormitorios, en un camastro de madera estaba durmiendo una muchacha, pálida, de cabello rubio, parecía enferma.

La anciana me dijo: Ethilin no ha despertado, ¿Qué podemos hacer?
Yo le respondí: Debemos esconderla

Pero en eso llegó la policía, subieron y dijeron que tenían órdenes de llevarse a la muchacha vez pero la anciana empezó a llorar rogando que no se la llevaran... entonces la piel de la muchacha se empezó a convertir en corteza de árbol hasta que quedó como si fuera una estatua de madera. Los policías aún querían llevársela, la anciana seguía rogando que no lo hicieran… entonces la muchacha empezó a hincharse y yo grité: “Llévensela de una vez antes de que reviente”... y en eso explotó, estaba toda rellena de gusanos. Y me desperté.


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