Te
contemplo mientras dormitas entre las sábanas revueltas después de una noche de
pasiones retorcidas. Me levanto, me sirvo una copa de vino y enciendo un
cigarro… le doy un par de pitadas y lo apago con rabia estrujándolo en el
cenicero ¿por qué mierda tengo ése impulso “masculino” de fumar después de
hacerte el amor?.
No sé
como confesarte que cuando te veo no siento el deseo de ser tuya, me arrebata
el deseo de hacerte mío… cuando te acaricio mis manos se pierden donde no
deberían de hacerlo, busco rutas para darte placer dándole la contra a lo que
manda natura. Y nuevamente me asalta la atroz duda… ¿se equivocaron los dioses
que nos separaron con el rayo?... ¿aquél al que maldigo por haberte hecho lo
que te hizo enderezó, sin quererlo, lo que estaba torcido?... ¿será que mía es
la espada y tuyo el cetro?.
Hoy le
decía a la Hija de la Serpiente que desde que la Fantasmala no usa mis manos
para escribir sus poemas a mi no me sale ni un puto verso… no ato ni desato
collares de perlas románticamente tristes…
no puedo escribirte palabras embebidas con miel, se me atoran los “te
amo” en el tintero pero me salen a borbotones los “te deseo” escritos sobre tu
carne con el látigo y uso tu sangre para escribirte un “te amo” donde no puedes
leerlo.
Enciendo
otro cigarro con disgusto, no quiero seguir dándole a la madeja cansada de
tantos enredos y fumo para entorpecerme. Te despiertas, me miras y me sonríes…
me reclamas que vuelva al lecho y nuevamente me ofreces tu cuerpo que cede
complaciente a mis caricias equivocadas… y me dices leyendo mis pensamientos:
Deja de pensar en tonterías, lo único que importa es que estamos juntos, ámame
como te provoque hacerlo.
Y
tienes razón… tantas vueltas nos han dado los dioses que tal vez ni ellos saben
que ésta equivocado y qué es lo correcto… lo único que importa es que nuestros
destinos nuevamente están unidos y que me enloquece besarte… y hacerte mío.
Liliana Celeste Flores Vega - enero 2015
Imagen: Google
Liliana Celeste Flores Vega - enero 2015
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1 comentario:
Muy buen relato!
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