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viernes, 30 de enero de 2015

Los Dioses sin Nombre 07 - Las ciudades perdidas

Los Dioses sin Nombre – Capitulo 07 – Las ciudades perdidas

Damon y yo pasamos unos días en Lima tranquilos y disfrutando de nuestra relación de pareja sin pensar en los problemas del más allá. Él tomó una habitación en un hotel a unas cuadras de mi casa, así yo podía pasar el día con mi familia y quedarme con él en la noche. Recordamos trazar un círculo de protección alrededor de la cama e hicimos un domo cubriendo la habitación para que las entidades errantes no nos molestaran, necesitábamos darnos un tiempo para nosotros y pisar la realidad para no volvernos unos locos de atar.

Realmente llevábamos poco tiempo como pareja y la manera en la que habíamos iniciado nuestra relación no había sido convencional, incluso se podía decir que la situación había sido forzada por nuestras obligaciones como shamanes… aunque no nos quejábamos, sabíamos que estábamos predestinados a estar juntos pero aún no nos conocíamos bien como personas.

No nos molestaron los seres del más allá pero tuvimos a un fantasma de carne y hueso: Thew, el hermano gemelo de Damon. Obviamente Damon le había hablado a su hermano de mí y a mí de él, también nos conocíamos por fotos… pero yo no sabía exactamente que cosas le había contado a su hermano sobre mí y lo que él me había contado sobre su hermano era poco. Ni siquiera sabía si Thew estaba al tanto de que Damon era un shaman y de las cosas extrañas en las que estaba involucrado… ¿Damon le habría contado a su hermano que nuestra relación de pareja se inició porque yo tuve que entregarme a él en un ritual cuando se ganó el derecho de ser reconocido como el representante del Dios Jaguar en una lucha tribal o habría optado por una versión más sencilla y mundana como que nos conocimos en uno de los tantos viajes que acostumbraba hacer para visitar a sus familiares que vivían en Chachapoyas y Pozuzo?.

Una vez Damon me mostró unas fotos de Thew y yo cometí el imperdonable error de decirle que su hermano tenía porte, que me gustaba su estilo de vestirse y parecía mucho más joven que él… sé que las comparaciones son odiosas, más si se hacen entre hermanos gemelos y reconocí que en aquella ocasión me fui de boca pero lo dicho ya estaba dicho… desde entonces Damon no me volvió a hablar de su hermano.

Habíamos acordado no hablar de cosas sobrenaturales durante esos días pero una noche, mientras que Damon dormitaba, recordé las palabras que el morador del umbral le había dicho y cómo él se había enfurecido. Yo había intentado contenerlo diciéndole que ése tipo de entidades mentían para indisponer a las personas pero era cierto que un par de veces había pensado en su hermano mientras que él me hacía suya… aunque no había sido un imaginarme que estaba follando con Thew en lugar de Damon sino el preguntarme la simple tontería de que si los hermanos gemelos tenían el miembro viril del mismo tamaño… una reverenda tontería que, sin embargo, me hizo pensar que tan ciertas habían sido las palabras de la entidad.

Me pareció que lo que más le había enojado a Damon fue que la entidad le dijera que su hermano deseaba ocupar su lugar cuando él estaba conmigo… ¿habría sido que Thew también le había hecho un comentario desatinado cuando Damon le mostró mis fotos, tal vez una broma común entre hermanos gemelos que de niños comparten los juguetes, un estúpido “préstame a tu novia por una noche” o sería que Thew sabía que Damon era un shaman y deseaba ocupar su lugar como tal?... me dije que eran tonterías, mentiras de la maldita entidad para sembrar cizaña. Me acomodé entre los brazos de Damon y me quedé dormida.

Al día siguiente, mientras desayunábamos juntos en la cafetería frente al hotel antes de que yo me fuera a pasar el día a mi casa, Damon se mostró dispuesto a hablarme de su familia. Me dijo que su abuela materna era de Chachapoyas y se casó con un inglés. Eso ya me lo había contado, sus raíces amazónicas eran el motivo por el cual yo lo llamaba cariñosamente “mi jaguar”… pero añadió que su abuelo no había sido un simple turista de paso por esas tierras exóticas, había sido un aventurero y soñador que creía en la existencia de la legendaria ciudad de El Dorado. Y me confió que sus abuelos, teniendo como guía a un indio de la tribu de los machiguenga, se habían internado en las profundidades de la selva buscando la ciudad perdida.

La madre de Damon nació en Inglaterra pero la abuela acostumbraba visitar cada tres años a sus familiares que vivían en Chachapoyas y Pozuzo, viajaba con su esposo y sus hijos. Durante uno de esos viajes su madre conoció a un alemán hijo de un nazi que residía en Pozuzo, continuaron el romance por correspondencia pero cuando ella regresó él le puso pretextos para formalizar la relación. Luego ella se casó con un inglés que la pretendía. Damon no tenía buenos recuerdos de su padre, un borracho y jugador que dejó a la familia en la miseria… luego Damon supo que en un inicio su padre había sido un hombre correcto pero que cambió su forma de ser porque sospechaba que ellos no eran sus hijos y que su madre le había sido infiel con el alemán en una de aquellas veces que viajó para visitar a sus familiares.

Con los años su abuela no pudo soportar la nostalgia que sentía por la tierra en la que nació, le dijo a su esposo que deseaba regresar a Chachapoyas y así lo hicieron. Luego, cuando su madre se divorció de su padre, no supo cómo arreglárselas para trabajar y cuidar a sus hijos pequeños entonces dejó a Thew con su abuela paterna y a él lo llevó con su otra abuela.

Damon vivió un tiempo en Chachapoyas bajo el cuidado de sus abuelos maternos. De aquellas épocas recordaba a un viejo indio muy humilde que los visitaba casi todos los días y pasaba las tardes conversando con sus abuelos hasta la hora del ocaso, momento en el que los tres guardaban silencio y contemplaban el atardecer… si él interrumpía haciendo bulla con sus juegos infantiles lo reprendían, de allí le había quedado la costumbre de contemplar el ocaso con veneración.

Meses después su abuelo murió de una fiebre endémica. El viejo indio siguió visitándolos pero su abuela ya no pasaba las tardes conversando con él… simplemente lo hacía pasar, intercambiaba unas palabras amables y se retiraba a su habitación dejando al viejo indio encargado de cuidarlo. Fue cuando el viejo indio empezó a llamarlo “pequeño jaguar”, le enseñó a cazar insectos y le prometió que cuando tuviera la edad suficiente lo llevaría de excursión a la selva.

Una tarde el viejo indio llegó con un cachorro de jaguar entre los brazos, lo había encontrado herido en medio de la selva y al parecer unos cazadores furtivos habían matado a su madre. Lo criaron y Damon dormía con el pequeño felino. Cuando su madre volvió a casarse y regresó para llevárselo tuvo que dejar a su jaguar con el viejo indio… un par de años después su abuela le dijo que cuando el jaguar pudo valerse por si mismo lo dejaron libre en la selva.

Cuando su abuela falleció él, su hermano, su madre y su padrastro viajaron a Chachapoyas para asistir al funeral y tuvieron que quedarse en el país por unos meses arreglando los asuntos de la herencia de las propiedades. Thew no quería quedarse pero Damon lo convenció de aprovechar el tiempo para viajar juntos y conocer algunas zonas de la Amazonía.

Un indio se ofreció a acompañarlos, casualmente era el nieto del viejo indio que acostumbraba visitar a sus abuelos. Por los comentarios de una tía, hija de la prima de su abuela, Damon supo que ése viejo indio de apariencia tan humilde era uno de los principales de una tribu de indios que aseguraban ser los guardianes de un Santuario que estaba oculto en la selva y fue el nativo que acompañó a sus abuelos en su búsqueda de El Dorado… además hace muchos años, antes que su abuela conociera al inglés que fue su esposo, había pretendido a su abuela pero ella no le había correspondido. Entonces Damon comprendió porque, después de la muerte de su abuelo, su abuela se retiraba a su habitación cuando el viejo indio los visitaba.

Primero viajaron hasta Madre de Dios en bus. Fueron a una reserva natural, ahora conocida como la Reserva Nacional de Tambopata. Era un lugar remoto y salvaje pero de fácil acceso, después de una larga caminata la selva tropical se mostraba con todo su esplendor… acamparon cerca de un río y cada mañana se despertaban con el alegre bullicio de los guacamayos, tucanes, loros y monos. La flora era bellísima. Thew decía que era como estar en el paraíso.

Luego fueron al valle del Palotoa en donde se encuentran los misteriosos petroglifos de Pusharo, la ruta había sido difícil porque el camino era abrupto pero cuando llegaron encontraron un lugar agradable en donde acampar. Yo desconocía la existencia de aquellos petroglifos. Damon me dijo que eran tres paredes de piedra, la mayor de unos 22 metros de largo por 4 metros de alto, con unos grabados rupestres tan imbricados que hacían muy complicada su interpretación.

La primera pared de piedra parecía una muralla pero de cerca se apreciaba que era natural aunque se notaba que había sido alisada y preparada para ser usada como si fuera una pizarra gigante, era la más grande y mejor conservada. La mayoría de los grabados que podían distinguirse a simple vista eran abstractos… abundaban los círculos, cuadrados, triángulos, rombos, espirales y diseños escalonados. Damon también vio algunos grabados que parecían las huellas de un felino, otros que parecían huellas de aves y unos pocos que se asemejaban a una cabeza humana que llevaba una máscara funeraria. Sin embargo su hermano veía figuras que él no podía distinguir… Thew le señaló un lugar donde decía que claramente se veía a un jaguar, una llama, un mono y un pez que miraban hacia la derecha a un hombre que estaba de perfil y llevaba un tocado ceremonial… Damon, con esfuerzo, apenas distinguió el perfil del hombre.

El indio les dijo que algunos grabados sólo eran visibles a ciertas horas del día pues cambiaban según la disposición de la luz y las sombras. El lugar en donde habían acampado era agradable, increíblemente no había mosquitos y el calor no era agobiante. Decidieron quedarse por unos días durante los cuales contemplaron los petroglifos a diferentes horas pero él nunca pudo ver todo lo que su hermano veía. Thew decía que veía una serpiente, un mono antropomorfo con una cola en forma de espiral, una chakana, un sol coronado por una espiral doble, un guerrero sosteniendo un escudo y una cabeza trofeo, un personaje danzando bajo un segundo sol ubicado más abajo que el primero… y muchas otras figuras.

En la segunda pared, que se encontraba al lado de lo que había sido un sendero empedrado, Thew vio la cara de un hombre barbudo que llevaba una cinta con una borla en la frente al estilo incaico rodeado de unos glifos que parecían escritura rúnica, más allá veía un sol y un búho… Damon pudo distinguir la cara del hombre barbudo y algunos de los glifos que verdaderamente eran muy parecidos a las runas vikingas. La tercera pared se ubicaba en una especie de cavidad creada por la erosión del río, estaba casi toda cubierta por el musgo y los líquenes, además era de difícil acceso… pero a la distancia Thew distinguía unos grabados abstractos y rectángulos.

Después de que pasaron unos días acampando en Pusharo el indio les dijo que eran dignos y que estaban preparados para llevarlos a Pantiacolla. Yo nunca había escuchado mencionar ése lugar, Damon me explicó que eran unas pirámides que se encontraban en las profundidades de la selva. Formalmente fueron descubiertas a mediados de la década de los 70s cuando un satélite captó unos puntos que parecían señalar la existencia de unas ruinas engullidas por el follaje selvático, luego unas avionetas de reconocimiento aseguraron que se trataban de unas pirámides… pero el lugar era conocido y resguardado por los nativos desde hacía mucho tiempo.

El camino a Pantiacolla fue mas duro de lo que supusieron. Entraron por un valle, bajaron por un pongo y navegaron por un río caudaloso en una balsa de troncos artesanal, hasta allí para ellos el camino había sido difícil pero emocionante, una verdadera aventura exótica que podrían contar a sus amigos… no se imaginaron que ésa había sido la parte fácil hasta que llegaron a un cruce con otro río tan fangoso que era innavegable y tuvieron que vadearlo a pie con el lodo llegándoles hasta la mitad del pecho mientras que empujaban la balsa de troncos sobre la que colocaron las carpas, bolsas de dormir y mochilas con víveres.

Luego se encontraron de frente con la frondosa selva la que tuvieron que cruzar abriéndose paso machete en mano mientras que eran picados por toda clase de bichos que parecían inmunes al repelente bajo un sol abrasador durante el día y una lluvia torrencial durante la noche. Thew se quejó durante toda la travesía que les llevó más de quince días y cuando llegaron al lugar maldijo en todas las lenguas porque las mencionadas pirámides se parecían más a unos cerros con forma de hormigueros gigantes que a unas pirámides.

En realidad, las pirámides eran de origen natural, una curiosa formación geológica resultante de la erosión. Existían vestigios de que habían sido adoratorios naturales y al pie de las formaciones rocosas cubiertas por el exuberante follaje se encontraban unos gigantescos bloques de piedra con grabados… pero no ameritaban lo difícil que había sido llegar hasta el lugar. Para Damon las tan alabadas pirámides también fueron una decepción… a excepción de que los hormigueros gigantes ocultaran el oro perdido de los Incas el viaje no valía la pena.

Pernoctaron junto a las piedras. En la mañana siguiente Thew les contó que había tenido un sueño en el que en una de las pirámides había hallado una puerta que lo llevó a una magnífica ciudad subterránea gobernada por una reina de trenzas de oro y ojos de esmeralda, ella tenía una corte de sabios hechiceros y un impresionante ejército de guerreros y dragones.

El sueño de Thew fue confirmado por el indio quien les dijo que para los más ancianos de su tribu aquellas pirámides eran un Santuario de los Antiguos al que le daban el nombre sagrado de Paratoari y decían que existían puertas secretas y túneles que llevaban hasta una ciudad perdida subterránea gobernada por una reina terrible hija del Dios Sol. La historia era muy interesante, de existir esa mítica ciudad subterránea el viaje si valía la pena pero ellos no estaban tan locos como para aventurarse dentro de uno de esos hormigueros gigantes sin el equipo necesario.

El camino de regreso fue aún peor. Se les acabaron los víveres, estúpidamente no precavieron que debieron de haber llevado el doble de alimentos para cubrir las necesidades del camino de ida y de regreso… al indio ése percance le pareció de lo más divertido, él no había llevado víveres porque sabía conseguir su alimento en la selva, así que durante el camino de regreso tuvieron que aprender a sobrevivir con lo que podían cazar desde culebras hasta escarabajos y gusanos.

También se quedaron sin bloqueador solar y repelente de mosquitos, aunque no servían de mucho porque ya se habían dado cuenta que se corrían con el sudor… el indio les dijo que se echaran barro sobre la piel, Damon comprobó que eso era mejor que el bloqueador y el repelente pero su hermano no toleraba estar tan sucio. Thew a veces se daba por vencido, se sentaba bajo la sombra de una palmera, decía que se quedaría allí esperando la muerte y se ponía a tararear una canción mientras que las lágrimas le corrían por las mejillas… le daban un tiempo para que descansara y luego lo hacían reaccionar a bofetadas.

Cuando llegaron al río fangoso se alegraron de verlo porque sabían que después de cruzarlo el camino se tornaría llevadero. La balsa de troncos no estaba donde la habían dejado pero eso no fue un problema inmediato porque casi no tenían equipaje que cargar, sólo las carpas y las bolsas de dormir, así que vadearon el río a pie como lo habían hecho la vez anterior llevando el poco equipaje en alto. Luego tuvieron que construir otra balsa para remontar el siguiente río que era caudaloso pero por el apuro y el cansancio la hicieron mal y se les desarmó mientras atravesaban el río… se salvaron por un pelo de ser atacados por los caimanes.

Subiendo el pongo Thew se dislocó un tobillo, le hicieron un bastón para que se apoyara pero él lloraba con cada paso que daba. Llegaron al valle en un estado completamente lamentable, Thew tenía el tobillo horriblemente inflamado… entonces el indio les sugirió tomar un desvío hacia un lugar cercano donde se encontraba un asentamiento de su tribu, allí podrían descansar por un par de días y abastecerse de comida decente, al menos de pescado seco… ellos aceptaron.

El indio los llevó y los presentó ante el jefe de la tribu quien ordenó de inmediato que curaran a Thew, les dieran de comer y les prepararan un lugar para que descansaran. Esa noche cenaron pescado con yucas y durmieron en unas hamacas en una choza que, después de todas las penurias pasadas, les pareció más confortable que un hotel de lujo. Thew juró que nunca regresaría a la selva profunda aunque encontraran la legendaria ciudad subterránea.

Descasaron unos días y Thew se recuperó muy pronto de la lesión de su tobillo. El jefe los invitó a participar en una ceremonia de iniciación antes de que se fueran. La ceremonia empezó con una danza de los guerreros de la tribu al son de los tambores, luego el brujo les hizo beber ayahuasca y después les colocó en las manos unos guanteletes tejidos de paja rellenos con hormigas. Damon me confesó que aquella vez no pasó la prueba, no soportó el intenso dolor de las picaduras de las hormigas, gritó como un loco y el brujo tuvo que quitarle los guanteletes antes de que terminara el ritual… luego le dieron náuseas, tembladera y arritmia cardíaca, el brujo lo miró con desprecio pero unas mujeres se lo llevaron a una choza para atenderlo.

Pero Thew si pasó la prueba. Después de haberse quejado hasta el infinito cada vez que le picaba un miserable mosquito soportó el dolor de las picaduras de las hormigas sin quejarse y cuando le quitaron los guanteletes cayó en un estado de trance contemplativo del que despertó al amanecer. Luego Thew le contó que durante el trance estuvo en una sala blanca bañada de una hermosa luz azul, desde entonces su hermano podía curar con las manos. Damon añadió que el tatuaje tribal que Thew tenía en el brazo se lo hizo como recordatorio de aquella ceremonia de iniciación. Con eso mis preguntas estaban respondidas, Thew estaba al tanto de que Damon era un shaman y además él mismo había sido iniciado y era un sanador.

Finalmente llegaron a la ciudad de Madre de Dios en donde uno de sus tíos los estaba esperando y tomaron un bus de regreso a Chachapoyas. Cuando llegaron su madre les contó que una noche el viejo indio amigo de la familia le pidió permiso para ir al cementerio a recitar unos cánticos fúnebres frente a la tumba de la abuela, ella se lo concedió… a la mañana siguiente no regresó, fueron a buscarlo y lo encontraron muerto… pero entre sus manos tenía una nota para él.

Damon leyó la nota, sólo decía que antes de irse del país pernoctara con su hermano una noche cerca del monolito de El Jaguar. El indio les dijo que el lugar no quedaba lejos y era accesible, el camino estaba despejado porque la mucha gente acostumbraba dejar ofrendas al pie del monolito e incluso había un refugio rústico… con eso Thew aceptó acompañarlos de buena gana.

Llegaron sin contratiempos y acamparon cerca del monolito, estaban por irse a dormir cuando vieron a un jaguar enorme acercándose a ellos a pesar de la fogata que tenían encendida. Thew dijo que veía a un viejo indio caminando al lado del felino. Damon reconoció instintivamente al jaguar que había criado cuando era niño, el felino estaba viejo y había perdido un ojo pero él supo que era su jaguar… el animal rugió, luego fue a tumbarse mansamente a sus pies y murió entre sus brazos al amanecer. La piel de jaguar que él había usado durante el ritual de lucha tribal era la de su jaguar.

No pude evitar emocionarme con su hermoso relato… además lo relacioné con algo que me había sucedido. Unos años atrás viajé a Cajamarca con Luis y fuimos a una feria artesanal, compramos dos máscaras rústicas de madera, Luis compró una de la cara de un indio con el tocado de un ave y yo otra de un guerrero con el tocado de un jaguar… el hombre que nos las vendió nos dijo que eran tótems protectores bendecidos en una Huaca, que deberíamos darles un nombre y hablar con ellos para que nos protegieran. Creímos que era un chamullo para ponerles más precio pero igual yo le di al mío el nombre de Yawaré, lo puse en la puerta de mi habitación con su ofrenda de una bolsita de mate de coca filtrante y conversaba con él… y a veces sentía la presencia de un jaguar echado a los pies de mi cama.

Hace rato que habíamos terminado de desayunar y el mozo nos pasó la cuenta. Lo acompañé de regreso al hotel y en la puerta de la habitación le pregunté si creía en la existencia del legendario El Dorado… Damon me respondió: “Por supuesto, mi abuelo encontró El Dorado”… yo lo miré incrédula y él añadió: “Mi abuelo encontró El Dorado cuando conoció a mi abuela y yo volví a encontrarlo cuando te conocí”… luego empezó a tararearme una canción:

She is like a storm, she is like a star
You think she is near but she is so far
She is like the sun in the wintertime
She is hard to find
She is the witchqueen of El Dorado

Nos besamos, estuve tentada de quedarme con él pero tenía que regresar a mi casa. Pasé el día con mi pequeña hija y ocupándome de algunas labores del hogar. En la noche regresé al hotel, encontré a Damon conversando con su hermano por webcam y me dijo que era un buen momento para presentarnos oficialmente aunque sea por ése medio.

Damon nos presentó, nos saludamos y luego los dos nos quedamos mudos mirándonos. Thew tenía los ojos azules como los de Damon pero con un brillo de plata en la mirada, él estaba sin camisa y vi los tatuajes que tenía cubriéndole los brazos, me fijé en su tatuaje tribal casi perdido entre sus otros tatuajes.

No supe que decirle, sólo se me ocurrían preguntas cotidianas muy tontas o preguntas demasiado directas relacionadas con lo sobrenatural. Finalmente elaboré una pregunta que no parecía extraña y me serviría para tantear el terreno… le pregunté si Damon le había contado de los pintorescos lugares que habíamos visitado últimamente, Thew me respondió que precisamente Damon le estaba contando lo que nos sucedió en la casa de reposo antes de que yo llegara. Eso me confirmó que Damon le contaba a Thew las cosas sobrenaturales en las que estaba involucrado pero no me respondía que pensaba su hermano de todo eso.

Damon y Thew estuvieron conversando un rato, luego Thew dijo que no quería quitarnos más tiempo pero antes de despedirse añadió que deseaba vernos dándonos un beso. Se lo concedimos, me senté sobre las piernas de Damon y nos besamos apasionadamente. Luego Thew nos dijo con una sonrisa pícara que no le incomodaba si dejábamos la webcam encendida mientras hacíamos el amor… Damon le respondió apagando la cámara.

Me fui al baño para ponerme un babydoll. Cuando salí Damon había servido dos vasos de vino, apagado las luces y encendido unas velas y un par de varitas de incienso de rosa… me encantó la atmósfera romántica. Bebimos… luego él me llevó a la cama.

Damon me quitó el liguero, las medias francesas y la tanga pero me dejó puesto el babydoll de raso y encaje. Nos besamos y acariciamos pero entonces él me dijo que había olvidado un detalle, se levantó de la cama y puso música en el reproductor de la laptop. Después se desvistió y se acomodó entre mis piernas… cerré los ojos mientras que escuchaba la selección de canciones de Enigma y sentía sus labios recorriendo el interior de mis muslos.

Las perfumadas volutas del incienso nos envolvían, acomodé mis piernas sobre los hombros de Damon mientras que él lamía mi sexo… me extrañó que hasta el momento no me hubiera quitado el babydoll, él sólo me lo dejaba puesto cuando compartíamos la habitación con Todd… entonces miré hacia la laptop que estaba justo frente a la cama sobre una mesita, la pantalla estaba apagada pero tenía una lucecita encendida, me pregunté si cuando él se levantó para poner música también había encendido la webcam y si ésta funcionaba con la pantalla apagada.

Si lo había hecho para complacer a su hermano no me molestaba aunque hubiera preferido que lo consultara conmigo… entendí lo de las luces apagadas y las velas, confié en que en la penumbra sólo se vieran nuestras siluetas.

The principles of the lust… are easy to understand
Do what you feel… feel until the end
The principles of the lust... are burnt in your mind
Do what you want… do it until you find love

La canción era bastante simple pero tenía un algo místico y sensual que me excitaba y pensar que Thew estaba mirándonos me excitaba aún más. Le dije a Damon que se incorporara, me arrodillé en la cama, tomé su miembro viril entre mis manos y luego entre mis labios… después le dije que se acostara y me senté sobre él, no me sentí cohibida porque mi babydoll cubría lo suficiente para que no pareciéramos un vulgar video porno amateur. 

Damon metió las manos por debajo de mi babydoll y me tomó de las caderas profundizando la penetración, empecé a subir y bajar llevando un ritmo lento y acompasado siguiendo la música… no quería que él terminara rápido así que por momentos me detenía, le acariciaba el pecho y me inclinaba para besarlo… luego retomaba el movimiento de vaivén. Cuando quedé satisfecha le cedí el control… entonces él me tomó de la cintura, se giró para quedar sobre mí y se satisfizo embistiéndome rápido y con fuerza.

Nos quedamos un rato abrazados, Damon jadeó sobre mí hasta que recuperó el ritmo sosegado de su respiración… me sentí agobiada por su peso y el calor, le pedí que se incorporara para poder quitarme el babydoll pero él me dijo que no me lo quitara porque me quedaba muy bonito… era un pedido que contradecía a sus gustos, yo sabía que aunque le encantaba verme con lencería prefería que durmiera completamente desnuda. Le respondí qué quería quitármelo porque no iba a dormir con una prenda que estaba mojada de sudor… Damon no supo que contestar a eso, entonces fui directa y le dije: “Si quieres dejar la webcam encendida toda la madrugada está bien pero déjame ir al baño para quitarme esto, me pondré una de tus camisetas”.

Damon se incorporó permitiéndome levantarme, cogí una de sus camisetas y me cambié de ropa en el baño. Cuando regresé a la cama no le hice comentarios, sólo le di un beso y me acurruqué a su lado… nos acomodamos como acostumbrábamos y nos tardamos en quedamos dormidos. Pero en la madrugada me desperté porque sentí una presencia en la habitación a pesar del círculo de protección que habíamos trazado alrededor de la cama… no era humana, era aquél jaguar que algunas veces había sentido echado a los pies de mi cama. Damon también se había despertado y me preguntó: “¿Lo sientes?”… le respondí que si y él añadió: “Es Yawaré, mi jaguar, a veces viene para hacerme compañía pero creo que ya lo conoces”.

Le conté lo de la máscara de madera de guerrero con el tocado de un jaguar que había comprado hace unos años a la que por coincidencia también le había dado el nombre de Yawaré y del jaguar que a veces sentía echado a los pies de mi cama. Sentimos que el jaguar dio unas vueltas por la habitación y luego se fue. Damon me aclaró que Yawaré no era “un familiar de brujo”, era libre y que cuando él decía que era su jaguar lo hacía por cariño.

Un par de días después Damon viajó para pasar su cumpleaños con su hermano. Yo aproveché aquellos días para descansar y dedicarle tiempo a mi pequeña hija. El sábado fui a visitar a una amiga, ella también era shamana pero no quería involucrarse mucho en los asuntos del más allá. Me quedé a dormir en su casa y soñé que a unas cuadras de la misma había una gran pared blanca con una puerta de hierro muy grande, supe que ésa puerta llevaba a otra dimensión y percibí que algo o alguien intentaba abrirla desde el otro lado.

Cuando Damon regresó se alojó en el mismo hotel, fui a verlo en la noche y volvimos a sentir la presencia de Yawaré en la madrugada, simplemente se echó a los pies de la cama y se fue cuando amaneció. Luego, al día siguiente en la tarde, Todd llamó a Damon y le dijo que tenían todo preparado para llevarnos al lugar donde él había visto la puerta estelar… a la mañana siguiente, muy temprano, tomamos el bus.

Nota:
La canción “The witchqueen of El Dorado” es de la banda Modern Talking.
La canción “The principles of the lust” es de la banda Enigma.

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