Buscando el Santo Grial
Octubre del 2008
Todo empezó el lunes después que me dio ése lapsus de cantar
un estribillo en alemán mientras veía la película “Los ríos de color púrpura”
(la frase era: “Inner den garten... Unter den linden”... error mío en el post
anterior, linden no es roble, es tilo... la frase me sonaba conocida porque es
un poema del trovador alemán Walter von der Vogelweide... la estrofa seguía
pero ahora no me acuerdo bien del resto).
Después de ver la película me fui a dormir. Estaba en el Hueco
(el lugar onírico que tenemos José Alejandro y yo, ése que parece los
subterráneos del Fantasma de la Ópera). Follamos y luego nos quedamos dormidos,
así que lo que viene es un sueño del subplano.
Soñé que estaba con él caminando por una calle colonial
empedrada pero en la época actual, era España pero no ubiqué la ciudad. Entramos
a una iglesia, había un sacerdote que nos miró raro y se nos acercó a
preguntarnos que queríamos entonces yo le dije que era una turista peruana (hasta
le mostré mis documentos) y que sólo quería admirar el arte religioso bla bla.
El sacerdote nos dijo que no hiciéramos ruido y que nos fuéramos antes de que
empezara la misa. José Alejandro sacó una cámara y empezamos a tomar fotos como
si nos interesara el arte religioso pero buscábamos símbolos en las paredes,
pinturas, columnas, etc... tuvimos que irnos porque empezaron a llegar los
fieles.
La pastrulada continuó la noche siguiente otra vez en el
Hueco. Ésta vez me quedé dormida con José Alejandro y Juamn Daniel. Soñé que
estaba con José Alejandro en un convento museo... hicimos el recorrido normal
con otros turistas pero nosotros queríamos ver una cripta que era de acceso
restringido y el guía nos dijo que teníamos que solicitar un permiso. Fuimos a
la sacristía a hablar con el sacerdote a cargo quien apenas vio a José
Alejandro puso cara fea y le dijo:
Sacerdote: “Señor” (así con ironía) es la quinta vez que
usted viene y por quinta vez le digo que no, que aquí no se puede filmar videos
bla bla.
Yo: Soy Lili Flores de la
Vega, arqueóloga peruana (le mostré documentos, falseados porque yo no
he estudiado arqueología) estoy escribiendo un libro sobre las catacumbas y
deseo ver la cripta... él solo me acompaña porque no conozco las calles de
Barcelona.
Sacerdote: Está bien, usted puede bajar a la cripta pero él
se queda aquí... venga conmigo.
El sacerdote se puso de pie, a mi me dio algo de recelo y José
Alejandro me miró como diciendo “mejor nos regresamos, puede ser peligroso” pero
yo le dije que me esperara tranquilito y seguí al sacerdote. Bajamos a la
susodicha cripta... había cuatro sarcófagos, dos de mármol y dos de piedra
oscura... yo empecé a tomar notas haciéndome la erudita.
Regresamos. José Alejandro estaba esperándonos en la
sacristía con cara de trauma, le agradecí al sacerdote y nos fuimos porque lo
que buscábamos no estaba en la cripta. Luego fuimos a una plazoleta y allí nos
encontramos con Juan Daniel, le pregunté cómo le había ido en la biblioteca y
me dijo que no lo habían dejado entrar.
Miércoles y jueves sucedieron otras pastruladas que no
tienen que ver con este rollo. La noche del viernes me quedé dormida con José
Alejandro. Soñé que nos hospedábamos en un lugar que antes había sido un
convento pero que ahora era un hotel (conservando la arquitectura, etc, etc)...
al principio nos dijeron que todas las habitaciones estaban ocupadas pero
dijimos que éramos recién casados y que queríamos pasar una noche allí, pusimos
cara de enamorados babosos y la señorita nos dijo que podía darnos una
habitación en el ala antigua pero que no tenía televisión ni agua caliente en
el baño, le dijimos que no nos
importaba.
Ya en la habitación José Alejandro me empezó a contar que en
una vida pasada él había sido monje en ése convento y que existía una
catacumba. El problema era encontrar la entrada porque no sabíamos si la habían
tapiado al remodelar para hacer el hotel... estuvimos en la habitación haciendo
tiempo aprovechando que estábamos allí.
Luego de madrugada salimos a buscar la entrada a la
catacumba, felizmente no habían hecho muchos cambios y José Alejandro se
acordaba del lugar. Cuando estábamos cruzando el patio interior nos encontramos
con un grupo de monjes con hábitos parecidos a los del Ku Klux Klan pero que
son de una cofradía española que ahora no me acuerdo como se llama, nos miraron
raro pero nos pusimos en plan de enamorados viendo el cielo estrellado. Después
fuimos a la bodega y allí estaba la entrada. Bajamos a la catacumba y
encontramos lo que estábamos buscando... pero cuando me desperté ni me acordaba
que cosa habíamos encontrado.
Después estuve conversando con Marcela y Nadia del problema que
será liberar Gaia del poder del Raticulino porque los inmortales regentes de
Gaia son Theo y Aradia que están con él... yo les dije que sería bueno contar
con los shamanes del tercer mundo azul pero Chuchito no ha vuelto a reencarnar
en Gaia porque se traumó con la cruz.
Pero hoy vi la luz... estaba viendo el Dr House con Ingrid
cuando empezó un temblor, mi madre quería que saliéramos de la casa (los
inquilinos bajaron como locos al patio) pero estaba acabando el capitulo y el
Dr House es sagrado. Ingrid y yo nos pusimos de pie pegadas a la pared y
seguimos viendo la televisión. El temblor paró pero de inmediato empezó otro...
mi madre regresó para sacarnos a rastras, nosotras no quisimos movernos y mi madre
se puso a rezar. Ingrid murmuró: Jesús. Me extrañó que ella dijera eso entonces
miré hacia donde ella me señaló y vi a Chuchito.
Chuchito estaba en medio de mi sala de pie como en el cuadro
del Señor de la Misericordia, ése en la que está con túnica blanca y sale un
rayo azul y otro rojo de su pecho... me dijo: “Busquen mi corazón”. El temblor
se detuvo y nosotras seguimos viendo el Dr House.
Ingrid y yo seguimos viendo televisión, entonces empezó el
“Código da Vinci” y entonces entendí el rollo. Divagaciones mías mientras veía
la pelicula con Ingrid comiendo papitas nativas, tomando cerveza y fumando:
Que fastidio con Chuchito... ¿no podía ser mas claro?...
“busquen mi corazón”... lo único que se me viene a la mente es la canción de Ville
Valo “In your heart under the rose”... bajo la rosa... hum, encaja con esto del
santo grial pero... no, no está bajo la rosa... está “unter den linden”... el
“corazón” de Chuchito es Magdalena... verdad que yo conocí a Magdalena cuando
estuve en el Noguchi (es un hospital psiquiátrico) una paciente que decía que
era Magdalena, la pobre tenía sida que le contagiaron unos pandilleros que la
violaron... ella me tenía mucho cariño... recordé que cuando casi me morí por
sacar a José Alejandro del pozo del infierno ella se acercó a mi cama y me
dijo: “Tranquila, te vas a poner bien, lo importante es que lo salvaste”... sé
que ella no era Magdalena pero era una de las shamanas de Gaia, supo que yo
había bajado al infierno a rescatar a alguien... a ver, Chuchito está bajo el
poder del Raticulino, la vez que se me apareció mientras vomitaba me pidió que
lo ayudáramos y me dijo que tenía una de esas cosas feas que te chupan energía
y te controlan... ya entendí, Chuchito quiere que busquemos a Magdalena...
falta que esté metida en un pozo del infierno... que cacho... nos tocará ir
otra vez al infierno... creo que me haré una casa onírica en el valle de la
desolación.
Simbolismo del Tilo:
Se plantaba mucho en patios, mercados, cementerios y ermitas
dedicadas a la Virgen María. No se podían hacer juicios debajo de los tilos
antiguos y sagrados. En el Somme, antes de la primera guerra mundial, las
parejas de recién casados pasaban por debajo de dos tilos que estaban plantados
cerca uno de otro para asegurarse un matrimonio feliz.
También el tilo es el árbol de la mala suerte. En los mitos
germánicos y nórdicos, Sigurd o Sigfrido se baña en la sangre del dragón que
acaba de matar para ser invencible, pero le cae una hoja de tilo en el hombro,
haciéndolo vulnerable a la espada de Hagen. Sin embargo, a Sigfrido se le
entierra bajo un tilo, ya que también se le tenía por el árbol de la
resurrección. El tilo es un símbolo del poder divino y exaltado, de valor y
victoria. Los antiguos griegos y los eslavos lo tenían como morada de su diosa
del amor. En Alemania era el habitáculo de enanos, hadas y dragones.
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