in girum imus nocte et consumimur igni

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viernes, 4 de enero de 2008

El espejo

El Espejo (escrito en abril del 2002)

Todo comenzó una noche incierta en los albores de mi infancia: El espejo se cubrió de nieblas azules las cuales al disiparse por un viento gélido que vino de no sé donde habían convertido el cristal con azogue en una ventana a un mundo de quimeras... la primera visión que tuve fue la de un bosque oscuro de árboles viejos y retorcidos, sin hojas, grises y carcomidos... entre las ramas torcidas se filtraba la luz de la luna, una luna llena macabra y amarillenta.

La segunda visión que recuerdo fue la de una torre muy alta... tenía muchas ventanas, balcones y miradores muy ornamentados pero solo una puerta, ésta era maciza y enorme. La tercera visión fue la de una llanura desolada y sombría por la que cabalgaba un jinete que se abrigaba con una tosca capa negra, no pude distinguir su rostro pues sus largos cabellos oscuros lo cubrían pero me pareció que llevaba una media careta de cuero... el corcel de éste caballero era horrible, entre verdoso y amarillento, esquelético y con las cuencas de los ojos vacías.

La siguiente visión que recuerdo fue del interior de la torre... una mujer bajaba las escaleras de piedra alumbrándose con la mortecina luz de la vela amarillenta del candelabro de plata que llevaba en la mano derecha, con la izquierda recogía su ceniciento vestido largo y vaporoso, tenía el rostro cubierto por un velo... abrió una puerta y dejó su candelabro sobre una mesita... en la habitación dormía un hombre joven de largos cabellos oscuros, su torso estaba desnudo y tenía huellas de azotes... la mujer se acercó a él dándome la espalda, se quitó el velo y lo dejó caer... se inclinó sobre el hombre... él se estremeció, supuse que estaba besándolo pero luego me di cuenta que estaba mordiéndolo y bebiendo su sangre… de improviso ella volteó y vi su rostro... era hermosa pero sus ojos no tenían pupilas.


Ahora puedo recopilar los acontecimientos en retrospectiva y tengo la fluidez de palabras requerida para narrarlos y describir hasta los más mínimos detalles que consigo recordar... he llegado a la conclusión de que aquellas visiones que me reveló el espejo cuando era niña son las piezas fundamentales del rompecabezas que me propongo reconstruir aunque en ése entonces solo eran para mí lienzos animados de los que no descifraba el significado.

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