in girum imus nocte et consumimur igni

in girum imus nocte et consumimur igni

domingo, 22 de marzo de 2015

¿Recuerdas la primera noche que te visité mientras dormías?

Era una noche de luna negra y yo estaba hambrienta. Invoqué el sortilegio de la lechuza hechicera y recorrí las sendas astrales para visitarte mientras dormías. Me posé sobre el alféizar de la ventana que habías dejado abierta, también habías dejado una vela aromática encendida en la mesita de noche al lado de tu cama… ¿esperabas que me apareciera como un espectro en tu alcoba o tal vez suponías que nos encontraríamos en un sueño?

Te contemplé y te adiviné desnudo bajo las sábanas. Tomé mi forma de Dama Blanca vestida de nieblas, me incliné sobre ti y soplé sobre los mechones de tu cabello castaño que se dispersaron sobre la almohada. Posé suavemente mis dedos gélidos como rayos de luna congelada sobre tus párpados cerrados, rocé mis labios casi inmateriales sobre los tuyos y te vi esbozar una sonrisa… ¿sentiste mi fantasmal presencia y anticipaste mi deseo de hacerte mío o soñabas con nuestro encuentro tantas veces prometido?

Mi boca bajó suavemente por tu cuello y tus hombros, te estremeciste al sentir mis labios húmedos deslizándose sobre tu piel ardiente… deslicé suavemente la sábana y dejé tu torso al descubierto, mis dedos dibujaron los tatuajes que cubren tus brazos… acaricié tus pectorales, pellizqué suavemente tus pezones y dejaste escapar un gemido placentero. Con un dedo toqué aquella línea que empezaba a dibujarse en el medio de tu pecho y sentí el calor que brotaba de tu nido… en ése momento pude empezar a absorber tu energía vital y alimentarme de ti pero quise exacerbar más tu deseo, gozarte y llevarte al límite del placer antes de soltar las riendas de mi vampírico instinto.

Deslicé la sábana mas abajo descubriendo las delicias de tu vientre y tu pubis en donde tu virilidad me esperaba enhiesta… ¿eras consciente de la realidad de mis caricias fantasmales o tu mente interpretaba las placenteras sensaciones que experimentaba tu cuerpo como un sueño húmedo?... me acomodé entre tus piernas para atender tu hombría, mis manos subieron y bajaron rítmicamente arrancándote temblores y jadeos que se intensificaron cuando posé mis labios sobre tu carne trémula. Quería devorarte pero contuve mi deseo de clavar mis colmillos en tu carne palpitante henchida de sangre caliente… te acogí en mi boca saboreándote y no pude evitar que mi saliva escurriera sobre los vellos de tu pubis.

Respondiendo a mis lamidas y succiones sobre tu miembro viril te arqueaste y tus piernas temblaron casi a punto de explotar tu deseo entonces me detuve y me aparté de ti disfrutando de tu desconcierto… tu pecho subía y bajaba, gemías… la línea en medio de tu pecho estaba abierta como una boca rezumando tu suculenta esencia. Necesité sentirte dentro de mí y me senté a horcajadas sobre ti, tu virilidad encajó en mi como una espada en su vaina… subí y bajé acompasadamente disfrutando cada centímetro de ti dentro de mí… tus jadeos se aceleraron al ritmo de mi apasionado vaivén… mis entrañas latían aprisionándote, el orgasmo me estremeció envolviéndome en una marejada azul y un par de segundos después tú también llegaste a la cumbre del placer…

Entonces te despertaste y tus ojos azules se encontraron con los míos… yo había posado mis dedos sobre tus párpados cerrados para evitar que sucediera esto, me tomaste por sorpresa y por un instante pensé en huir desvaneciéndome en un remolino de nieblas borrando de tu memoria el recuerdo de mi visita nocturna pero estaba tan unida a tu cuerpo y sentirte dentro de mí era una sensación tan deliciosa a la que no quería renunciar de una manera tan abrupta... el placer pudo más y sostuve tu mirada.

“My sweet Lilith” murmuraste aún jadeando y me obsequiaste con una adorable sonrisa, estiraste la mano para tocar mi cabellos oscuros que flotaban a mi alrededor como sierpes con vida propia y te devolví la sonrisa. Me pregunté como me veías… ¿cómo una versión fantasmagórica de mi forma material o podías verme tal cuál soy: La repudiable reina de los súcubos… una espantable aparición con formas femeninas, alas de lechuza, garras de felina, colmillos de vampira y cuernos de dragona?... tu mirada era una mezcla de extasiado espanto y amorosa entrega… me veías tal cual era… había horror en tu mirada pero el amor era más fuerte, podía sentirlo, era un amor puro que me envolvía tiernamente muy diferente a la lujuria febril que tantas veces había visto en los ojos de mis anteriores amantes que cantaban himnos blasfemos de oscuridad y muerte.

Con un gesto me diste tu consentimiento para que me alimentara de ti y coloqué mi mano sobre la hendidura abierta en medio de tu pecho… seguiste sonriéndome mientras absorbía tu energía vital, te estremeciste experimentando un orgasmo no carnal y vi que tus pupilas se tornaron color de argento... bebí de ti hasta saciarme… sentí tu virilidad aflojando en mis entrañas y vi como tus ojos empezaron a cerrarse lentamente… entonces, antes que cayeras en el sueño, te besé en la boca profunda y amorosamente… mi lengua degustó de tu paladar el sabor amargo del té mezclado con la dulzura de los duraznos maduros.

Eras mío, completamente mío en cuerpo y alma… iba a partir pero me sentí demasiado ebria de tu esencia, todo me daba vueltas en un remolino de azul… me quedé adormecida recostada sobre tu pecho escuchando los latidos de tu corazón… sentí tus manos acariciando mi espalda y mis alas… y así nos quedamos dormidos.

Me desperté cuando rayaba el alba... nunca me había quedado dormida entre los brazos de mis amantes, los visitaba como pesadilla nocturna y cuando mi ansia estaba saciada los dejaba… ah, pero tú eras diferente a ellos y tu esencia tan deliciosa que podía volverme adicta a ti. No quería dejarte pero el amanecer despuntaba… te di un beso sobre los labios, me levanté de la cama y al pasar frente a un espejo vi de reojo mi fantasmal reflejo: Mi cabello oscuro se había tornado de plata… tu esencia había purgado de mí la esencia del Diablo… entonces supe que con tu incondicional entrega me habías hecho tuya, completamente tuya.

Liliana Celeste Flores Vega - marzo 2015
Imagen: Google

No hay comentarios: