Preludios vespertinos a una amorosa balada nocturna...
- Mi dulce estrella de la tarde, quisiera tener la serena resignación
que tienes para aceptar los funestos designios de los Dioses tiranos.
- ¿Funestos designios?... ¿Te consideras desdichada por la
bendición que haz recibido?
- No… pero…
- ¿Dioses tiranos?
- Si… tiranos, prepotentes, viles y mentirosos.
- Pues yo creo que fueron generosos con nosotros. Yo les supliqué
que nos dieran una noche y nos concedieron un año, fue mucho más de lo que esperaba…
el recuerdo de los besos, las caricias, las noches de pasión y lujuria que
compartimos me son suficientes para ser feliz por el resto de mi vida.
- Yo no estoy conforme, me siento engañada y utilizada.
- Todo estaba escrito desde antes que naciéramos en éste
mundo… y lo sabes.
- Y me molesta no haberlo intuido. Detesto éste final.
- ¿Final?... no hay final. Tenemos nuestros amorosos encuentros oníricos cada lunes cuando cae la noche, nuestro castillo en el reino invernal
y nuestro amor que es eterno.
Liliana Celeste Flores Vega – 20 junio 2016
Imagen: Google
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