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sábado, 16 de agosto de 2014

Los Dioses sin Nombre 02 - Lo que yacía en la pirámide

Los Dioses sin Nombre – Capitulo 02 – Lo que yacía en la pirámide (2014)

Damon estaba esperándome en la recepción del hotel que queda a unas cuadras de mi casa, apenas nos encontramos lo abracé y lo besé aliviada de que hubiera regresado bien… siempre me preocupo cuando tiene que viajar a la selva “por negocios” y en ésta ocasión mi preocupación se había duplicado porque llevaba aquellos dos pergaminos con dibujos de símbolos cabalísticos y grafías arcanas escritos con tinta roja.

Subimos a la habitación y me senté en la cama. Damon abrió una caja de sangría, sirvió dos vasos y me dijo que don Faustino había fallecido, según los doctores, a causa de un derrame cerebral… pero ambos sabíamos que el chamán había muerto de pánico después de haberse enfrentado a una extraña criatura que había emergido de las oscuras profundidades del mar para arrebatarle aquél misterioso libro… casi me sentía culpable pues nosotros le habíamos entregado la maleta, aunque en ése momento ignorábamos su maldito contenido y su procedencia.

El recuerdo de aquella noche en la posada de Los Faroles aún estaba reciente en mi memoria, el miedo primitivo y visceral que Damon y yo habíamos experimentado cuando escuchamos desde la habitación en la que dormíamos esas extrañas pisadas y chapoteos cruzando la terraza… como ya lo he dicho ambos tenemos amplia experiencia con fenómenos paranormales pero una cosa es distinguir un duende entre la enramada cuando acampamos, ver un fantasma en una vieja quinta que se sabe que está embrujada o vislumbrar la danza de las salamandras en la fogata… y otra muy diferente haber percibido la presencia ominosa de “aquel ser” que había sido precedido por una fetidez tan repulsiva y una oscuridad tan siniestra que habían hecho huir a los fantasmas de las  nieblas… apuré de un trago el vaso de sangría… Damon también se bebió su vaso de sangría de un solo trago… sabíamos donde estaba la línea que no debíamos de cruzar.

Damon me sirvió otro vaso de sangría y se arrodilló a mis pies con obvios deseos de empezar con nuestros escarceos amorosos pero yo aún tenía algunas preguntas que hacerle, cuando él me quitó los zapatos yo abandoné mis pies a sus caricias pero mientras lo dejaba hacer le pregunté sobre su encuentro con Chris… él me respondió que le había entregado la maleta de “maca en polvo” y que era asunto de Chris ver como hacía para sacar la mercadería del país.

No me mencionó los dos pergaminos. Me quitó las medias y empezó a besarme los pies pero yo lo detuve y le pregunté si le había entregado los pergaminos a Chris… Damon me respondió que le contó a Chris todo lo sucedido en la posada de Los Faroles y le entregó los dos pergaminos, Chris los recibió casi conmocionado de emoción y le preguntó sobre la procedencia del libro pero él no supo darle razón de donde procedía ni quien se lo había enviado a don Faustino, lo único que sabía era que el fulano que le había hecho la entrega de la maleta era un “transportador” que llevaba drogas, armas, reliquias o lo que fuera mientras le pagaran por ello.

Habían especulado que posiblemente había sido un intercambio de “reliquias” entre don Faustino y un coleccionista extranjero ya que en su viaje anterior Damon se las había tenido que arreglar para sacar del país un objeto “extraño y peculiar” encontrado entre las ruinas de una huaca y se lo había entregado a otro “transportador” al que encontró en una carretera casi frontera con México. Yo recordaba ése objeto, era un pequeño cofrecillo de oro con incrustaciones de spondilus muy bonito pero no lo encontré extraño ni peculiar aunque según don Faustino “eso” estaba dentro del cofrecillo y obviamente nos prohibió abrirlo… lo hicimos pasar en un paquete de un kilo de turrón de doña pepa el que cortamos de tal forma para que el cofrecillo encajara dentro.

Damon empezó a acariciar mis piernas pero le dije que no le permitiría continuar hasta que me contara si habían logrado descifrar los dibujos y grafías de los dos pergaminos y que habían hecho con ellos. Me dijo que Chris le pidió que lo llevara con el brujo de “su tribu” (Damon vivió por un tiempo con una tribu de guerreros brujos allá en un recóndito lugar perdido en la selva y acostumbra visitarlos cada vez que tiene la oportunidad) durante los dos días que les tomó llegar hasta la aldea no tuvieron contratiempos, ninguna “criatura oscura y maligna” los persiguió… no le dieron muchos detalles al brujo, sólo le dijeron que eran dos pergaminos antiguos con símbolos extraños que querían descifrar… hicieron una ceremonia invocando la protección de los ancestros y del Dios Jaguar y desenrollaron los pergaminos… el brujo los examinó, no pudo descifrarlos pero les advirtió que “percibía una maldad desconocida” y les sugirió quemarlos.

Obviamente Chris no quiso quemarlos, los enrolló cuidadosamente y dijo que los llevaría con un experto ocultista. Yo hubiera hecho lo que sugirió el brujo de la tribu y por la mirada de Damon supe que él opinaba lo mismo… pero ¿qué podíamos hacer nosotros contra lo que decidía Chris?, no podíamos contradecir a ése millonario extravagante que le costeaba los viajes a Damon. Me dije que al menos esos dos pergaminos malditos ya no estaban en el país y confiaba en que fueran indescifrables… o que el ritual, invocación o lo que sea estuviera incompleto y fuera imposible de llevar a cabo.

Le permití a Damon acariciar mis muslos y… no me voy a extender en detalles de lo que hicimos en la cama, sólo diré que esa noche no nos molestó ningún entidad “del mas allá”… sólo un señor que estaba hospedado en la habitación de al lado que nos tocó la puerta y nos pidió que no hiciéramos tanto ruido. Luego nos terminamos la sangría… Damon se quedó dormido antes que yo, acurrucado de lado y adorablemente ebrio… me quedé un rato contemplándolo dormir, tuve la tentación de hacerle algunas cosas mientras dormía y le acaricié las nalgas, instintivamente él se puso boca abajo para dejarme hacer… pero sólo me limité a seguir acariciándolo.

Entonces llamó mi atención el tatuaje que tiene en la nuca y el otro que sigue su columna, recorrí las líneas de tinta con mi dedo… el tatuaje que recorre su columna se lo hicieron en un ritual de iniciación en un Templo de Kali, el otro tatuaje es un símbolo de protección… Luis también tiene ése tatuaje, recordé que Luis me dijo que a pesar de que ahora ése es un símbolo bastante común cuando se hace con la debida ceremonia es un talismán de protección casi infalible… pensé que gracias a ése tatuaje que tenía Damon no habían sufrido percances llevando los dos pergaminos malditos para que los examinara el brujo de la tribu… sabía que Chris también tenía tatuajes hechos en ceremonias de iniciación así que me dije que no debía de preocuparme por él, mientras no intentara cruzar ésa línea que no se debía de cruzar.

Me acurruqué al lado de Damon, él se despabiló, tomó mi mano y la guió entre sus piernas… yo sabía lo que él quería, mis dedos conocían bien la ruta… después de complacerlo nos quedamos dormidos. Nos despertó el condenado sonido del celular, Damon contestó… luego me dijo que nuestro amigo arqueólogo quería vernos y ése mismo día nos íbamos de viaje al norte. No me gusta levantarme tan temprano pero un viaje al norte por invitación de nuestro amigo prometía una agradable aventura y era lo que ambos necesitamos para olvidarnos del terror pasado.

Regresé a mi casa para decirle a mi madre que me iba de viaje al norte con Damon y por mi mochila que ya había preparado con anticipación la noche anterior, ésta vez no me olvidaría de las muñequeras, las tobilleras y las sogas… ni del látigo.

Nuestro amigo arqueólogo, al que llamaré Todd por no usar su nombre real, en realidad no es arqueólogo titulado pero sabe mucho del tema… es sobrino de un reconocido arqueólogo que ha hecho importantes descubrimientos e investigaciones en el Perú y siempre ha estado metido en el ambiente ayudando en el museo de sitio, en las excavaciones y… haciéndose de algunas piezas que Damon se encarga de vender a coleccionistas privados. En más de una ocasión nos ha hecho pasar al almacén del museo de sitio y nos ha llevado a las excavaciones no abiertas al público.

Todd nos esperaba en un par de días (cuando el arqueólogo a cargo del proyecto y sus ayudantes se tomarían un par de días de descanso y él se quedaría cuidando las excavaciones) por lo que no teníamos apuro e hicimos el viaje en bus… nos gusta mucho viajar en bus, contemplar el paisaje por la ventanilla, hacer la parada obligatoria para almorzar en un pueblito olvidado en el que siempre se encuentra un paisano que nos cuenta una leyenda o alguna curiosidad del lugar… y la noche en ruta con las luces del interior del bus apagadas, una noche de besos y caricias furtivas disimuladas bajo mi poncho que llevo solo para ése propósito.

Llegamos a la ciudad a buena hora para almorzar, dimos un par de vueltas a la plaza, compramos algunas artesanías para el hermano de Damon que siempre se quejaba que él no le llevara nada de sus viajes y nos hospedamos en un bonito hotel. La noche fue de vino y pasión desbordada, afortunadamente sin fantasmas que nos interrumpieran en el momento preciso. Nos despertamos por el alarma del celular… con las primeras luces del alba pude ver que la nueva fusta si había cumplido cabalmente con su función dejando varias líneas cárdenas sobre los muslos de Damon, sentí deseos de lamer cada una de aquellas marcas que mi frenesí habían dejado sobre su carne pero eso nos llevaría a otra cosa y ya estábamos con la hora.

Desayunamos con prisa y nos pusimos en camino hacia el lugar del encuentro. Cruzamos el bosque de algarrobos y llegamos hasta el complejo arqueológico… ambos conocíamos el lugar, Damon y yo habíamos ido juntos una vez y yo había ido un par de veces más con Luis… pero la vista de las 26 pirámides grandes y de un número aún no confirmado de otras pirámides pequeñas siempre era impresionante, aquellas colosales ruinas parecían estar fuera de lugar y de tiempo, daban la sensación de ser un paisaje perteneciente a otro mundo.

Todd estaba esperándonos con esa sonrisa de niño que planea hacer una travesura (entiéndase un pequeño saqueo)… nos dijo que había hecho un descubrimiento en una de las pirámides grandes y sin mas pérdida de tiempo nos llevó hasta aquella mole de ladrillos de adobe… éstas pirámides, a diferencia de las pirámides egipcias, no tienen puertas ni entradas que lleven a alguna cámara secreta, básicamente son enormes plataformas sobre las que se levantaban los templos… o por lo menos eso es lo que dicen los arqueólogos y los libros de historia. Una leyenda cuenta que el cerro que se encuentra en el centro del complejo arqueológico es la prisión de un monstruo semejante a una mantaraya gigantesca… pero no hay leyendas que hablen de que haya algo (ya sea monstruos o tesoros) en el interior de las pirámides.

Empezamos el ascenso hacia la cima de la pirámide por la rústica escalera de peldaños tallados ahora erosionados y desiguales. Damon y yo suponíamos que tendríamos que escalar hasta la cima, yo recordaba el último tramo del ascenso que tenía que hacerse casi a gatas… pero Todd nos hizo detenernos a la mitad y allí nos mostró lo que parecía ser una entrada, la alumbró con una linterna, se podía ver un pasadizo estrecho… había que entrar por allí, entonces comprendí que sólo yo cabía por ése agujero.

Damon se opuso diciendo que era muy peligroso, Todd le aseguró que no había peligro de gases tóxicos porque el agujero había estado un par de semanas aireándose y ya había metido un gato que había regresado ileso… sin embargo podía existir el riesgo de encontrarme con algunas alimañas pero tenía a la mano un botiquín de primeros auxilios. Mi espíritu aventurero pudo más que la prudencia, me recogí el cabello, Todd me puso un casco de minero con una linterna y me ató una soga a la cintura, Damon me vendó las manos… hicimos una sencilla ofrenda a los Apus y me metí por aquella madriguera.

La linterna del casco me daba luz suficiente, empecé a arrastrarme…el primer tramo era recto y luego iba en un suave declive, obviamente el camino estaba lleno de tierra pero afortunadamente no encontré alimañas… mientras descendía me puse a pensar en que clase de seres habían podido arrastrarse por allí, me imaginé unos seres con apariencia de reptil… examiné las paredes pero no vi grabados, sólo era un estrecho pasaje de ladrillos de adobe… llegué hasta una pequeña cámara irregular, a simple vista no vi nada especial, tal vez los huaqueros ya nos habían ganado.

Dentro de la cámara pude ponerme de rodillas, volví a examinar las paredes y distinguí algunos relieves, parecían líneas, los limpié, en algo me recordaron a la escritura cuneiforme pero soy una ignorante para interpretarlas… tal vez sólo eran líneas sin importancia causadas por la erosión. Era bastante desalentador haberme arrastrado hasta allí como una vil rata para no encontrar nada… empecé a escarbar en el suelo justo debajo de las líneas y descubrí un adobe que estaba suelto, lo moví y encontré algo… era un hatillo de una tela parda, lo saqué y lo desenvolví… me emocioné por el hallazgo: Un pequeño cofrecillo de metal, tal vez de cobre, con intrincados grabados e incrustaciones de spondilus muy parecido al que don Faustino le había entregado a Damon… un brazalete y pedazos de metal… no era la gran cosa pero era un hallazgo!

Tomé el hatillo y me arrastré de regreso hasta la salida, en ése momento no pensé en lo insólito que había sido no encontrarme con alguna alimaña como si el lugar se hubiera mantenido casi intacto por algún encantamiento… o maldición. Damon estaba mordiéndose las uñas de impaciencia, fue visible su tranquilidad al verme salir ilesa… hecha toda una mugre, pero ilesa.

Les mostré triunfante el hatillo. Todd  no cabía de la emoción cuando tomó el cofrecillo entre sus manos y en su entusiasmo me estampó un beso en la boca, acto que le costó un puñetazo de parte de Damon. Yo tomé el brazalete y lo reclamé como mío, lo limpié y noté que era de plata y cobre, además tenía un diseño muy parecido al tatuaje tribal que el hermano de Damon tiene en un brazo… de inmediato decidí que sería un bonito regalo para él. Damon pasó a examinar y limpiar las piezas sueltas de metal, algunas eran de cobre y otras de plata… parecían las piezas de un rompecabezas.

Descendimos de la pirámide y fuimos al museo de sitio. Todd nos hizo pasar a la habitación que ocupaba y me indicó el baño para que me bañara. Cuando salí encontré a Damon tratando de armar el rompecabezas sobre la cama y a Todd intentando abrir el cofrecillo. Les dije que me moría de hambre, dejamos las cosas en la habitación de Todd y fuimos a almorzar al pueblo.

Terminamos de almorzar y regresamos de inmediato al museo de sitio. Nuestro descubrimiento no era tan grandioso para una zona en la que se habían encontrado suntuosas piezas de oro con incrustaciones de turquesas pero para nosotros ameritaba una celebración… habíamos comprado unas botellas de vino, abrimos una y empezamos a beber. Todd tenía además algo de “hierbita” y armamos unos porros.

No tardamos en estar ebrios. Damon me besó y me tumbó sobre la cama, empezamos a acariciarnos sin darle importancia a Todd que seguía intentando abrir el susodicho cofrecillo… le dije a Damon que se sentara en el borde de la cama, me arrodillé entre sus piernas y le bajé los pantalones para hacerle sexo oral… estábamos muy ocupados en aquella faena cuando Todd nos interrumpió con una exclamación de victoria: Había logrado abrir el cofrecillo.

Se acercó a nosotros y nos mostró una especie de péndulo… la cadena parecía de plata y la piedra era un extraño cuarzo oscuro irregular y opaco. Damon le advirtió que no me besara y Todd le estampó un sonoro beso en la boca a él… no le dio tiempo a Damon para reaccionar y salió de la habitación como un niño con un juguete nuevo. Nos alegramos que nos dejara solos y volví a arrodillarme entre las piernas de Damon para continuar con lo que estaba haciendo.

Hicimos el amor sin preocuparnos que estuviera haciendo Todd. Luego nos quedamos un poco adormilados y nos despertamos como a la medianoche con bastante sed, buscamos a Todd para preguntarle si había algo para beber que no fuera vino… lo encontramos en la sala de estudio rodeado de libros antiguos, con un gesto nos indicó el friobar dónde había agua mineral y jugo de naranja, tomamos un par de botellas y nos sentamos a su lado.

Todd levantó la mirada del viejo libro que estaba leyendo y me preguntó si había visto algunos grabados en la susodicha cámara, le dije que había visto unas líneas algo parecidas a una escritura cuneiforme… él me pasó un lápiz y papel para que los dibujara… hice mi mejor esfuerzo para recordar las líneas pero solo conseguí dibujar unos garabatos. Entonces Todd se puso de pie y nos dijo que teníamos que volver a la pirámide.

Damon se opuso tajantemente y le dijo que no íbamos a regresar allí para que yo me metiera en ésa madriguera a mitad de la madrugada… estuve de acuerdo con eso. Todd nos dijo que no podíamos esperar, tenía el semblante alterado y la mirada febril… Damon le sirvió un vaso de vino y le dijo que se calmara, que los grabados que habían permanecido allí por siglos no iban a desaparecer de la noche a la mañana y que volveríamos a la pirámide al día siguiente llevando una cámara fotográfica.

Todd se bebió el vaso de vino pero no se calmó, insistió con que teníamos que volver a la pirámide para descifrar aquellas líneas misteriosas. Le encendí un porro y se lo ofrecí, él le dio un par de pitadas pero insistió… finalmente tuvimos que recurrir a invitarlo a compartir la cama con nosotros para convencerlo de que se esperara hasta la mañana.

Ya en la habitación entre caricias y jugueteos hicimos que Todd tomara más vino y conseguimos que se embriagara… Damon se acostó a su lado dejándose manosear un poco hasta que Todd se quedó dormido. Yo me fumé el último porro… tal vez no debí de hacerlo porque empecé a escuchar un extraño silbido y me pareció que éste provenía del péndulo que Todd había dejado sobre la mesa… lo tomé y sentí que vibraba en mi mano… estaba cansada, no quería saber de cosas raras por ésa noche… miré el cuarzo irregular oscuro y noté que ahora parecía desprender cierta iridiscencia… entonces, como si fuera algo vivo que pudiera escucharme y entenderme, le dije muy seriamente que no nos fastidiara y lo puse en el cofrecillo. Me acosté al lado de Damon y me quedé dormida.

Nos despertamos tarde, casi al mediodía… Todd ni nos dejó desayunar y nos apuró para que fuéramos de una vez a la pirámide, ésta vez llevábamos una cámara fotográfica para que yo pudiera tomar fotos de aquellas enigmáticas líneas cuneiformes. Subimos hasta la mitad de la pirámide pero no encontramos la susodicha entrada, creímos que nos habíamos equivocado de lado y recorrimos el perímetro... la entrada había desaparecido… Todd entró en shock y nos reprochó el que no hubiéramos querido regresar cuando nos lo propuso. Damon y yo dimos una segunda revisada al perímetro de la pirámide una plataforma más arriba y otra más abajo… nada… no había entrada ni piedras flojas… la pirámide estaba sellada.

Regresamos al museo de sitio. El péndulo yacía en su cofrecillo donde yo lo había dejado la noche anterior… lo tomé entre mis manos… no emitía silbido, vibración ni iridiscencia… estaba mudo, quieto y opaco. Todd se sentó a la mesa abstraído en sus pensamientos y se puso a intentar armar el rompecabezas de piezas de metal sueltas, según la lógica las de plata formarían una mitad y las de cobre otra… creímos prudente no molestarlo en su tarea y nos fuimos a dar una vuelta por el museo.

Mas tarde regresamos y encontramos a Todd mas tranquilo… nos mostró tres piezas que había logrado hacer coincidir, entonces Damon y yo notamos que éstas tenían unas muescas y grabados que parecían formar líneas que yo reconocí como muy parecidas a las que había visto en la pared de la cámara… entonces no había problema, las piezas sueltas eran un rompecabezas que reproducían los grabados de la pared… era cosa de paciencia para armarlo.


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