Los Dioses sin Nombre – Capitulo 02 – Lo que yacía en la pirámide (2014)
Damon estaba esperándome en la recepción del hotel
que queda a unas cuadras de mi casa, apenas nos encontramos lo abracé y lo besé
aliviada de que hubiera regresado bien… siempre me preocupo cuando tiene que
viajar a la selva “por negocios” y en ésta ocasión mi preocupación se había
duplicado porque llevaba aquellos dos pergaminos con dibujos de símbolos
cabalísticos y grafías arcanas escritos con tinta roja.
Subimos a la habitación y me senté en la cama. Damon
abrió una caja de sangría, sirvió dos vasos y me dijo que don Faustino había
fallecido, según los doctores, a causa de un derrame cerebral… pero ambos
sabíamos que el chamán había muerto de pánico después de haberse enfrentado a
una extraña criatura que había emergido de las oscuras profundidades del mar
para arrebatarle aquél misterioso libro… casi me sentía culpable pues nosotros
le habíamos entregado la maleta, aunque en ése momento ignorábamos su maldito
contenido y su procedencia.
El recuerdo de aquella noche en la posada de Los
Faroles aún estaba reciente en mi memoria, el miedo primitivo y visceral que
Damon y yo habíamos experimentado cuando escuchamos desde la habitación en la
que dormíamos esas extrañas pisadas y chapoteos cruzando la terraza… como ya lo
he dicho ambos tenemos amplia experiencia con fenómenos paranormales pero una
cosa es distinguir un duende entre la enramada cuando acampamos, ver un
fantasma en una vieja quinta que se sabe que está embrujada o vislumbrar la
danza de las salamandras en la fogata… y otra muy diferente haber percibido la
presencia ominosa de “aquel ser” que había sido precedido por una fetidez tan repulsiva
y una oscuridad tan siniestra que habían hecho huir a los fantasmas de las nieblas… apuré de un trago el vaso de sangría…
Damon también se bebió su vaso de sangría de un solo trago… sabíamos donde
estaba la línea que no debíamos de cruzar.
Damon me sirvió otro vaso de sangría y se arrodilló
a mis pies con obvios deseos de empezar con nuestros escarceos amorosos pero yo
aún tenía algunas preguntas que hacerle, cuando él me quitó los zapatos yo abandoné
mis pies a sus caricias pero mientras lo dejaba hacer le pregunté sobre su
encuentro con Chris… él me respondió que le había entregado la maleta de “maca
en polvo” y que era asunto de Chris ver como hacía para sacar la mercadería del
país.
No me mencionó los dos pergaminos. Me quitó las
medias y empezó a besarme los pies pero yo lo detuve y le pregunté si le había
entregado los pergaminos a Chris… Damon me respondió que le contó a Chris todo
lo sucedido en la posada de Los Faroles y le entregó los dos pergaminos, Chris los
recibió casi conmocionado de emoción y le preguntó sobre la procedencia del
libro pero él no supo darle razón de donde procedía ni quien se lo había
enviado a don Faustino, lo único que sabía era que el fulano que le había hecho
la entrega de la maleta era un “transportador” que llevaba drogas, armas,
reliquias o lo que fuera mientras le pagaran por ello.
Habían especulado que posiblemente había sido un
intercambio de “reliquias” entre don Faustino y un coleccionista extranjero ya
que en su viaje anterior Damon se las había tenido que arreglar para sacar del
país un objeto “extraño y peculiar” encontrado entre las ruinas de una huaca y
se lo había entregado a otro “transportador” al que encontró en una carretera
casi frontera con México. Yo recordaba ése objeto, era un pequeño cofrecillo de
oro con incrustaciones de spondilus muy bonito pero no lo encontré extraño ni
peculiar aunque según don Faustino “eso” estaba dentro del cofrecillo y
obviamente nos prohibió abrirlo… lo hicimos pasar en un paquete de un kilo de
turrón de doña pepa el que cortamos de tal forma para que el cofrecillo
encajara dentro.
Damon empezó a acariciar mis piernas pero le dije
que no le permitiría continuar hasta que me contara si habían logrado descifrar
los dibujos y grafías de los dos pergaminos y que habían hecho con ellos. Me
dijo que Chris le pidió que lo llevara con el brujo de “su tribu” (Damon vivió
por un tiempo con una tribu de guerreros brujos allá en un recóndito lugar
perdido en la selva y acostumbra visitarlos cada vez que tiene la oportunidad) durante
los dos días que les tomó llegar hasta la aldea no tuvieron contratiempos,
ninguna “criatura oscura y maligna” los persiguió… no le dieron muchos detalles
al brujo, sólo le dijeron que eran dos pergaminos antiguos con símbolos
extraños que querían descifrar… hicieron una ceremonia invocando la protección
de los ancestros y del Dios Jaguar y desenrollaron los pergaminos… el brujo los
examinó, no pudo descifrarlos pero les advirtió que “percibía una maldad
desconocida” y les sugirió quemarlos.
Obviamente Chris no quiso quemarlos, los enrolló
cuidadosamente y dijo que los llevaría con un experto ocultista. Yo hubiera
hecho lo que sugirió el brujo de la tribu y por la mirada de Damon supe que él
opinaba lo mismo… pero ¿qué podíamos hacer nosotros contra lo que decidía
Chris?, no podíamos contradecir a ése millonario extravagante que le costeaba
los viajes a Damon. Me dije que al menos esos dos pergaminos malditos ya no
estaban en el país y confiaba en que fueran indescifrables… o que el ritual,
invocación o lo que sea estuviera incompleto y fuera imposible de llevar a
cabo.
Le permití a Damon acariciar mis muslos y… no me voy
a extender en detalles de lo que hicimos en la cama, sólo diré que esa noche no
nos molestó ningún entidad “del mas allá”… sólo un señor que estaba hospedado
en la habitación de al lado que nos tocó la puerta y nos pidió que no
hiciéramos tanto ruido. Luego nos terminamos la sangría… Damon se quedó dormido
antes que yo, acurrucado de lado y adorablemente ebrio… me quedé un rato
contemplándolo dormir, tuve la tentación de hacerle algunas cosas mientras
dormía y le acaricié las nalgas, instintivamente él se puso boca abajo para
dejarme hacer… pero sólo me limité a seguir acariciándolo.
Entonces llamó mi atención el tatuaje que tiene en
la nuca y el otro que sigue su columna, recorrí las líneas de tinta con mi dedo…
el tatuaje que recorre su columna se lo hicieron en un ritual de iniciación en
un Templo de Kali, el otro tatuaje es un símbolo de protección… Luis también
tiene ése tatuaje, recordé que Luis me dijo que a pesar de que ahora ése es un
símbolo bastante común cuando se hace con la debida ceremonia es un talismán de
protección casi infalible… pensé que gracias a ése tatuaje que tenía Damon no
habían sufrido percances llevando los dos pergaminos malditos para que los
examinara el brujo de la tribu… sabía que Chris también tenía tatuajes hechos
en ceremonias de iniciación así que me dije que no debía de preocuparme por él,
mientras no intentara cruzar ésa línea que no se debía de cruzar.
Me acurruqué al lado de Damon, él se despabiló, tomó
mi mano y la guió entre sus piernas… yo sabía lo que él quería, mis dedos
conocían bien la ruta… después de complacerlo nos quedamos dormidos. Nos
despertó el condenado sonido del celular, Damon contestó… luego me dijo que nuestro
amigo arqueólogo quería vernos y ése mismo día nos íbamos de viaje al norte. No
me gusta levantarme tan temprano pero un viaje al norte por invitación de
nuestro amigo prometía una agradable aventura y era lo que ambos necesitamos
para olvidarnos del terror pasado.
Regresé a mi casa para decirle a mi madre que me iba
de viaje al norte con Damon y por mi mochila que ya había preparado con
anticipación la noche anterior, ésta vez no me olvidaría de las muñequeras, las
tobilleras y las sogas… ni del látigo.
Nuestro amigo arqueólogo, al que llamaré Todd por no
usar su nombre real, en realidad no es arqueólogo titulado pero sabe mucho del
tema… es sobrino de un reconocido arqueólogo que ha hecho importantes
descubrimientos e investigaciones en el Perú y siempre ha estado metido en el ambiente
ayudando en el museo de sitio, en las excavaciones y… haciéndose de algunas
piezas que Damon se encarga de vender a coleccionistas privados. En más de una
ocasión nos ha hecho pasar al almacén del museo de sitio y nos ha llevado a las
excavaciones no abiertas al público.
Todd nos esperaba en un par de días (cuando el
arqueólogo a cargo del proyecto y sus ayudantes se tomarían un par de días de
descanso y él se quedaría cuidando las excavaciones) por lo que no teníamos
apuro e hicimos el viaje en bus… nos gusta mucho viajar en bus, contemplar el
paisaje por la ventanilla, hacer la parada obligatoria para almorzar en un
pueblito olvidado en el que siempre se encuentra un paisano que nos cuenta una
leyenda o alguna curiosidad del lugar… y la noche en ruta con las luces del
interior del bus apagadas, una noche de besos y caricias furtivas disimuladas
bajo mi poncho que llevo solo para ése propósito.
Llegamos a la ciudad a buena hora para almorzar,
dimos un par de vueltas a la plaza, compramos algunas artesanías para el
hermano de Damon que siempre se quejaba que él no le llevara nada de sus viajes
y nos hospedamos en un bonito hotel. La noche fue de vino y pasión desbordada,
afortunadamente sin fantasmas que nos interrumpieran en el momento preciso. Nos
despertamos por el alarma del celular… con las primeras luces del alba pude ver
que la nueva fusta si había cumplido cabalmente con su función dejando varias
líneas cárdenas sobre los muslos de Damon, sentí deseos de lamer cada una de
aquellas marcas que mi frenesí habían dejado sobre su carne pero eso nos
llevaría a otra cosa y ya estábamos con la hora.
Desayunamos con prisa y nos pusimos en camino hacia
el lugar del encuentro. Cruzamos el bosque de algarrobos y llegamos hasta el
complejo arqueológico… ambos conocíamos el lugar, Damon y yo habíamos ido
juntos una vez y yo había ido un par de veces más con Luis… pero la vista de
las 26 pirámides grandes y de un número aún no confirmado de otras pirámides
pequeñas siempre era impresionante, aquellas colosales ruinas parecían estar fuera
de lugar y de tiempo, daban la sensación de ser un paisaje perteneciente a otro
mundo.
Todd estaba esperándonos con esa sonrisa de niño que
planea hacer una travesura (entiéndase un pequeño saqueo)… nos dijo que había
hecho un descubrimiento en una de las pirámides grandes y sin mas pérdida de
tiempo nos llevó hasta aquella mole de ladrillos de adobe… éstas pirámides, a
diferencia de las pirámides egipcias, no tienen puertas ni entradas que lleven
a alguna cámara secreta, básicamente son enormes plataformas sobre las que se
levantaban los templos… o por lo menos eso es lo que dicen los arqueólogos y
los libros de historia. Una leyenda cuenta que el cerro que se encuentra en el
centro del complejo arqueológico es la prisión de un monstruo semejante a una
mantaraya gigantesca… pero no hay leyendas que hablen de que haya algo (ya sea
monstruos o tesoros) en el interior de las pirámides.
Empezamos el ascenso hacia la cima de la pirámide
por la rústica escalera de peldaños tallados ahora erosionados y desiguales.
Damon y yo suponíamos que tendríamos que escalar hasta la cima, yo recordaba el
último tramo del ascenso que tenía que hacerse casi a gatas… pero Todd nos hizo
detenernos a la mitad y allí nos mostró lo que parecía ser una entrada, la
alumbró con una linterna, se podía ver un pasadizo estrecho… había que entrar
por allí, entonces comprendí que sólo yo cabía por ése agujero.
Damon se opuso diciendo que era muy peligroso, Todd
le aseguró que no había peligro de gases tóxicos porque el agujero había estado
un par de semanas aireándose y ya había metido un gato que había regresado
ileso… sin embargo podía existir el riesgo de encontrarme con algunas alimañas
pero tenía a la mano un botiquín de primeros auxilios. Mi espíritu aventurero
pudo más que la prudencia, me recogí el cabello, Todd me puso un casco de
minero con una linterna y me ató una soga a la cintura, Damon me vendó las
manos… hicimos una sencilla ofrenda a los Apus y me metí por aquella
madriguera.
La linterna del casco me daba luz suficiente, empecé
a arrastrarme…el primer tramo era recto y luego iba en un suave declive,
obviamente el camino estaba lleno de tierra pero afortunadamente no encontré
alimañas… mientras descendía me puse a pensar en que clase de seres habían
podido arrastrarse por allí, me imaginé unos seres con apariencia de reptil…
examiné las paredes pero no vi grabados, sólo era un estrecho pasaje de
ladrillos de adobe… llegué hasta una pequeña cámara irregular, a simple vista
no vi nada especial, tal vez los huaqueros ya nos habían ganado.
Dentro de la cámara pude ponerme de rodillas, volví
a examinar las paredes y distinguí algunos relieves, parecían líneas, los
limpié, en algo me recordaron a la escritura cuneiforme pero soy una ignorante
para interpretarlas… tal vez sólo eran líneas sin importancia causadas por la
erosión. Era bastante desalentador haberme arrastrado hasta allí como una vil
rata para no encontrar nada… empecé a escarbar en el suelo justo debajo de las
líneas y descubrí un adobe que estaba suelto, lo moví y encontré algo… era un hatillo
de una tela parda, lo saqué y lo desenvolví… me emocioné por el hallazgo: Un
pequeño cofrecillo de metal, tal vez de cobre, con intrincados grabados e
incrustaciones de spondilus muy parecido al que don Faustino le había entregado
a Damon… un brazalete y pedazos de metal… no era la gran cosa pero era un
hallazgo!
Tomé el hatillo y me arrastré de regreso hasta la
salida, en ése momento no pensé en lo insólito que había sido no encontrarme
con alguna alimaña como si el lugar se hubiera mantenido casi intacto por algún
encantamiento… o maldición. Damon estaba mordiéndose las uñas de impaciencia,
fue visible su tranquilidad al verme salir ilesa… hecha toda una mugre, pero
ilesa.
Les mostré triunfante el hatillo. Todd no cabía de la emoción cuando tomó el
cofrecillo entre sus manos y en su entusiasmo me estampó un beso en la boca,
acto que le costó un puñetazo de parte de Damon. Yo tomé el brazalete y lo
reclamé como mío, lo limpié y noté que era de plata y cobre, además tenía un
diseño muy parecido al tatuaje tribal que el hermano de Damon tiene en un brazo…
de inmediato decidí que sería un bonito regalo para él. Damon pasó a examinar y
limpiar las piezas sueltas de metal, algunas eran de cobre y otras de plata… parecían
las piezas de un rompecabezas.
Descendimos de la pirámide y fuimos al museo de
sitio. Todd nos hizo pasar a la habitación que ocupaba y me indicó el baño para
que me bañara. Cuando salí encontré a Damon tratando de armar el rompecabezas
sobre la cama y a Todd intentando abrir el cofrecillo. Les dije que me moría de
hambre, dejamos las cosas en la habitación de Todd y fuimos a almorzar al
pueblo.
Terminamos de almorzar y regresamos de inmediato al
museo de sitio. Nuestro descubrimiento no era tan grandioso para una zona en la
que se habían encontrado suntuosas piezas de oro con incrustaciones de
turquesas pero para nosotros ameritaba una celebración… habíamos comprado unas
botellas de vino, abrimos una y empezamos a beber. Todd tenía además algo de
“hierbita” y armamos unos porros.
No tardamos en estar ebrios. Damon me besó y me
tumbó sobre la cama, empezamos a acariciarnos sin darle importancia a Todd que
seguía intentando abrir el susodicho cofrecillo… le dije a Damon que se sentara
en el borde de la cama, me arrodillé entre sus piernas y le bajé los pantalones
para hacerle sexo oral… estábamos muy ocupados en aquella faena cuando Todd nos
interrumpió con una exclamación de victoria: Había logrado abrir el cofrecillo.
Se acercó a nosotros y nos mostró una especie de
péndulo… la cadena parecía de plata y la piedra era un extraño cuarzo oscuro
irregular y opaco. Damon le advirtió que no me besara y Todd le estampó un
sonoro beso en la boca a él… no le dio tiempo a Damon para reaccionar y salió
de la habitación como un niño con un juguete nuevo. Nos alegramos que nos
dejara solos y volví a arrodillarme entre las piernas de Damon para continuar
con lo que estaba haciendo.
Hicimos el amor sin preocuparnos que estuviera haciendo
Todd. Luego nos quedamos un poco adormilados y nos despertamos como a la
medianoche con bastante sed, buscamos a Todd para preguntarle si había algo
para beber que no fuera vino… lo encontramos en la sala de estudio rodeado de
libros antiguos, con un gesto nos indicó el friobar dónde había agua mineral y
jugo de naranja, tomamos un par de botellas y nos sentamos a su lado.
Todd levantó la mirada del viejo libro que estaba
leyendo y me preguntó si había visto algunos grabados en la susodicha cámara,
le dije que había visto unas líneas algo parecidas a una escritura cuneiforme…
él me pasó un lápiz y papel para que los dibujara… hice mi mejor esfuerzo para
recordar las líneas pero solo conseguí dibujar unos garabatos. Entonces Todd se
puso de pie y nos dijo que teníamos que volver a la pirámide.
Damon se opuso tajantemente y le dijo que no íbamos
a regresar allí para que yo me metiera en ésa madriguera a mitad de la
madrugada… estuve de acuerdo con eso. Todd nos dijo que no podíamos esperar,
tenía el semblante alterado y la mirada febril… Damon le sirvió un vaso de vino
y le dijo que se calmara, que los grabados que habían permanecido allí por
siglos no iban a desaparecer de la noche a la mañana y que volveríamos a la
pirámide al día siguiente llevando una cámara fotográfica.
Todd se bebió el vaso de vino pero no se calmó,
insistió con que teníamos que volver a la pirámide para descifrar aquellas
líneas misteriosas. Le encendí un porro y se lo ofrecí, él le dio un par de
pitadas pero insistió… finalmente tuvimos que recurrir a invitarlo a compartir
la cama con nosotros para convencerlo de que se esperara hasta la mañana.
Ya en la habitación entre caricias y jugueteos
hicimos que Todd tomara más vino y conseguimos que se embriagara… Damon se
acostó a su lado dejándose manosear un poco hasta que Todd se quedó dormido. Yo
me fumé el último porro… tal vez no debí de hacerlo porque empecé a escuchar un
extraño silbido y me pareció que éste provenía del péndulo que Todd había
dejado sobre la mesa… lo tomé y sentí que vibraba en mi mano… estaba cansada, no
quería saber de cosas raras por ésa noche… miré el cuarzo irregular oscuro y
noté que ahora parecía desprender cierta iridiscencia… entonces, como si fuera
algo vivo que pudiera escucharme y entenderme, le dije muy seriamente que no
nos fastidiara y lo puse en el cofrecillo. Me acosté al lado de Damon y me
quedé dormida.
Nos despertamos tarde, casi al mediodía… Todd ni nos
dejó desayunar y nos apuró para que fuéramos de una vez a la pirámide, ésta vez
llevábamos una cámara fotográfica para que yo pudiera tomar fotos de aquellas
enigmáticas líneas cuneiformes. Subimos hasta la mitad de la pirámide pero no
encontramos la susodicha entrada, creímos que nos habíamos equivocado de lado y
recorrimos el perímetro... la entrada había desaparecido… Todd entró en shock y
nos reprochó el que no hubiéramos querido regresar cuando nos lo propuso. Damon
y yo dimos una segunda revisada al perímetro de la pirámide una plataforma más
arriba y otra más abajo… nada… no había entrada ni piedras flojas… la pirámide
estaba sellada.
Regresamos al museo de sitio. El péndulo yacía en su
cofrecillo donde yo lo había dejado la noche anterior… lo tomé entre mis manos…
no emitía silbido, vibración ni iridiscencia… estaba mudo, quieto y opaco. Todd
se sentó a la mesa abstraído en sus pensamientos y se puso a intentar armar el
rompecabezas de piezas de metal sueltas, según la lógica las de plata formarían
una mitad y las de cobre otra… creímos prudente no molestarlo en su tarea y nos
fuimos a dar una vuelta por el museo.
Mas tarde regresamos y encontramos a Todd mas
tranquilo… nos mostró tres piezas que había logrado hacer coincidir, entonces
Damon y yo notamos que éstas tenían unas muescas y grabados que parecían formar
líneas que yo reconocí como muy parecidas a las que había visto en la pared de
la cámara… entonces no había problema, las piezas sueltas eran un rompecabezas
que reproducían los grabados de la pared… era cosa de paciencia para armarlo.
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