El Libro de Piedra
Y ambos
estábamos ante los Arcanos con nuestras dudas y temores a cuesta, sintiéndonos abrumados
por la responsabilidad que ahora descansaba sobre nuestros hombros y el poder
que se nos había otorgado por obra y gracia de los dioses que ahora ascendían y
nos cedían su lugar. Desde que lo supe una pregunta temblaba en mis labios y
finalmente estaba ante quienes podían respondérmela.
- ¿Por
qué nosotros y no nuestros hermanos mayores, los primogénitos?
El
rostro tallado en la piedra, adusto y sabio como el rostro de un antiguo rey, respondió:
Porque los dos pasaron exitosamente todas las pruebas.
- Pero los
primogénitos fueron criados para ser los emperadores.
El
cuervo albino que estaba posado sobre un pedestal graznó: Es cierto, vuestros
hermanos mayores fueron criados para ser los emperadores pero vosotros nacieron
para ser los que reemplazarían a los dioses… nacieron unidos, maldecidos y bendecidos
por un bautismo de fuego… uno desde el principio, uno hasta el final.
- Pero
eso fue causado por el ataque que sufrió nuestra madre cuando nos estaba
gestando, fue algo fortuito.
El elfo
de cabellos de argento que estaba de pie al lado del pedestal dijo: Nada es
fortuito… todo estaba escrito en el libro de piedra.
El
rostro tallado en la piedra le refutó: Todas las profecías son ambiguas,
dependen mucho de cómo sean interpretadas y casi siempre hay una que contradice
a otra… pero lo que es irrefutable es que ellos dos pasaron todas las pruebas y
se ganaron el derecho. Todos los hijos legítimos tenían la oportunidad pero la
perdición de los primogénitos fue la arrogancia y la codicia, la de los
segundos fue la indolencia. Pero ellos crecieron sin aspirar grandezas, eran
los terceros y daban por sentado que el trono sería para los primogénitos, la
espada y el báculo serían para los segundos… él era el escudero de sus
hermanos, ella la doncella de sus hermanas, se conformaban con poco porque no
les importaba nada más que el tenerse el uno al otro y crecieron amándose.
- Pero
estuvimos separados durante ésta última Era… además a las finales a mi se me
dio el poder de reina y hechicera.
El
rostro tallado en la piedra prosiguió: Precisamente ésta Era fue vuestra última
prueba. El te recordaba y te amaba, te buscó durante todas sus vidas… los que
hablan con la lengua de la Serpiente le ofrecieron su ayuda para recuperar tu
amor y hacerse del trono pero él no aceptó, se negó a pagar el precio que ellos
pedían derramando sangre de inocentes, prefirió derramar su sangre y tomó el
camino difícil, el del sacrificio. Tú no lo recordabas y los que hablan con los
gruñidos del Draco te enseñaron a odiarlo pero en el fondo de tu corazón nunca
lo habías olvidado y lo seguías amando, todas las veces que él te tomó a la fuerza
le diste hijos hechos con amor… y en tu última prueba renunciaste a todo lo que
tenías por la Saga, renunciaste al hombre que creías que era tu complemento, accediste
entregarte a él y cederle el poder que tenías a pesar de que creías que al
hacerlo serías su esclava con cadenas de oro y sufrirías todas las noches los
arrebatos de su ira… y lo hiciste porque te dijimos que era lo que deberías de
hacer por el bien de la Saga.
- Precisamente
por eso es que no me doy mérito por lo que hice, me dijeron que era mi deber
hacerlo y que si no me entregaba a él sería el fin de nuestro universo.
El
rostro tallado en el árbol, dulce y sabio como el rostro de una antigua reina,
dijo: Sin embargo tenías el poder de ignorar lo que te habíamos dicho y crear
un universo en el que tus caprichos serían las leyes… vuestra madre planeaba entregar
a vuestro padre para que el Draco lo destrozara con sus garras y convertirse en
una diosa terrible con poder absoluto pero tú tuviste el valor de ofrecerte
para ser inmolada en el altar del sacrificio.
Miré a
mi compañero, mi hermano y mi esposo, pero él bajó la mirada… sé que se siente culpable
cada vez que recuerda aquella noche en la que me hizo suya a la fuerza, vuelve
a ver sus manos manchadas con mi sangre y a escuchar mis gritos cediendo a sus
brutales embestidas… yo también recuerdo esa noche pero no le guardo rencor,
recuerdo el sabor de la sangre que brotaba de mi labio después de aquella
bofetada con la que me tumbó al suelo pero me sabe dulce, recuerdo su virilidad
abriéndose paso dentro de mi pero no como un acto de violencia sino como un
acto de pasión desbordada… después de todo si hablamos de violencia yo le he
hecho cosas peores, lo he humillado y lo he torturado… sin duda también fueron
actos de pasión desbordada, amor que estaba disfrazado de odio.
- Después
de todo no fue algo terrible entregarme a él aunque en ése momento le temiera y
lo odiara… siempre ha sido guapo.
El
rostro tallado en el árbol esbozó una sonrisa risueña: Recuerdo que te lo
tomaste muy melodramáticamente, arañabas las paredes y te mesabas los cabellos…
y tenías motivos para hacer todo ése drama, te pareciera guapo o no fue un
sacrificio porque, como acabas de decir, en ése momento le temías y lo odiabas…
además sabías que no era entregarte a él sólo por una noche como se lo dijiste
a tus hassassins, sabías que te estabas entregando a él para siempre y aún así
lo hiciste.
- Era
la justa compensación por todo lo que sufrió.
El
cuervo graznó: No tuviste la culpa de todo lo que él sufrió. Fueron la
Serpiente y el Draco quienes convencieron a vuestro hermano menor de hacer el
ritual que retrocedió el tiempo y los separaron buscando su propia
conveniencia.
- Pero soy culpable de mi debilidad, no debí
de olvidarlo a pesar de lo que nos hicieron… él no me olvidó a pesar de que lo
sometieron a torturas espantosas, aún cuando él mismo no recordaba quien era
seguía amándome y muchas veces dio su vida por protegerme aunque sabía que el
pago que recibiría de mi sería la ingratitud… él sufrió mucho más que yo,
sufrió mi olvido y soportó verme feliz entre los brazos de otro a quien creía
mi compañero y de tantos otros que fueron mis amantes… además sufrió el exilio,
humillaciones, maltratos y torturas por parte de casi todos…
El
cuervo volvió a graznar: El tenía que pasar por todo eso, fue su prueba.
- ¡Son
patrañas! – exclamó mi compañero rompiendo su silencio – antes de que hicieran
ése maldito ritual que retrocedió la última era el Consejo de los Ancestros
había aprobado nuestro ascenso para ocupar el lugar de nuestros padres… todo lo
que sufrimos repitiendo la última Era fue por culpa de la Serpiente y del Draco
y por la incompetencia del Tribunal para evitar lo que ellos nos hicieron y
ahora quieren hacernos creer que todo estaba escrito y fueron pruebas que nos
pusieron… nosotros ya habíamos ganado el derecho de ocupar el lugar de nuestros
padres.
El
rostro tallado en la piedra dijo: En ese entonces el Consejo aprobó que
ocuparan el lugar de vuestros padres porque vuestros hermanos mayores no
calificaban para hacerlo, pero no se puede decir que se habían ganado el
derecho, simplemente eran la única opción legítima que quedaba y los Ancestros
sabían que tenían potencial… pero vosotros habían crecido sin esperar que algún
ocuparían el trono e ignoraban ése potencial que tenían, las pruebas eran
necesarias para que reconocieran vuestro potencial…
- Entonces
dicen que nos llevaron al limite para que nos probáramos a nosotros mismos y
reconociéramos nuestro potencial… admito que tiene sentido – respondió mi
compañero con ironía – pero aquellas “pruebas” que pasamos no fueron planeadas
por vosotros, fueron la Serpiente y el Draco quienes planearon retroceder el
tiempo y por culpa de ellos pasamos por todos esos infortunios.
El elfo
volvió a decir: Nada es fortuito… todo estaba escrito en el libro de piedra.
-
Entonces todo fue planeado por vuestra excelsa sabiduría – añadió mi compañero
amargo sarcasmo – pues no lo creo, sólo son embustes para justificar vuestros
errores.
El
rostro tallado en el árbol dijo: El destino no tiene caminos rectos, crea atajos
o alarga los senderos… nosotros podemos ver esos caminos pero no podemos obligarlos
a tomar el atajo o el sendero largo y enmarañado. Sabíamos que nacieron con el
potencial para ocupar el lugar de vuestros padres, lo cantó el viento y los
olvidados lo rumorearon bajo las aguas… pero no sabíamos como descubrirían ése
potencial ni si lo aprovecharían para bien o para mal, aunque esperábamos que
hicieran lo correcto… fue entonces que ellos le dieron vuelta al reloj de arena
y giraron hacia atrás el tiempo, unos pocos tomaron una decisión que afectó a
muchos desencadenando una serie de acontecimientos que terminaron llevándolos a
donde se encuentran ahora.
- Entonces
¿el que estemos ahora en ésta situación se lo debemos al que le dio la vuelta
al tiempo? – preguntó mi compañero incrédulo.
El
rostro tallado en la piedra prosiguió: Puede decirse que el hermano que quiso
quitarte todo finalmente fue quien te lo entregó todo… reina, poder y trono, a
él se lo debes aunque no haya sido su intención. Y ahora que lo ves de ésa
manera… ¿cuál será tu decisión final en su juicio?
Mi
compañero me miró, aún había una sombra de duda en su mirada azul aunque yo
sabía que decisión había tomado.
- El no
quería el trono, sólo la quería a ella, lo que hizo lo hizo por amor… lo
perdonaré pero lo tendré vigilado.
El
rostro tallado en el árbol preguntó: ¿Y qué harás con vuestro otro hermano
pequeño?
El
cuervo graznó: Será siempre una amenaza, la eterna historia de la luna y el
mar.
Mi
compañero volvió a mirarme, ésta vez una chispa traviesa destelló en su mirada
azul y encontró la complicidad en mi sonrisa, ambos recordando aquellos
atardeceres en los que el sol se acuesta sobre las olas bajo la mirada de una
luna temprana y los amaneceres en los que la luna dormita sobre la espuma bajo
la tibia caricia del sol… la eterna historia del sol, la luna y el mar… ambos
astros seducidos por el canto del mar.
- No,
él no es una amenaza… él la cuidó cuando yo no estaba a su lado, él curó mis
heridas cuando ella no estaba a mi lado… él siempre tendrá un lugar en nuestro
lecho.
El elfo
exclamó sorprendido: ¡Eso no estaba escrito en el libro de piedra!
-
Entonces toma el cincel y escríbelo – concluyó mi compañero.
Liliana Celeste Flores Vega, 31 de marzo del 2014
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