Ya ha pasado un año
desde cuando Lucipher se marchó para cumplir con la profecía que decía que su
destino era sentarse en el Trono Dorado y gobernar sobre el Universo, nadie nos
dijo que su magnífico reinado duraría una eternidad efímera. Cumpliendo esa engañosa
profecía se inmolaron múltiples Soles. Y yo, Lilith, la Luna azul, quedé viuda…
perdí al que fue mi hermano y mi esposo, perdí la luz que me iluminaba y me
hacía brillar en el cielo nocturno. Y siento la pérdida… me falta su cálido
aliento, su amor, su pasión y su deseo.
CAPÍTULOS
Estrella y Lucero
Serás Luzbel
Cenizas
El seductor de sirenas
Las cadenas de la luna
El retorno de Pendragon
Tinuviel
Es un anhelo
Los funerales del Sol
Morrigan
Excalibur
Los hijos del Jaguar
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