in girum imus nocte et consumimur igni

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domingo, 15 de noviembre de 2020

La ayalga

Levantad una torre de las cenizas del castillo,
que sobre la bella ingrata sea la maldición de la Ayalga,
tres Cuélebres sean sus guardianes
(rubí, zafiro y amatista en sus alabardas)
y que de su cautiverio solo pueda liberarla
el caballero de la rosa
a quien ella ha hecho derramar lágrimas amargas.


viernes, 6 de noviembre de 2020

El señor de Khaz Dram Dum

Después de más de cinco décadas Grain, el señor enano de Khaz Dram Dum, regresó a su morada en la montaña vieja.

Imponente era el palacio del señor enano, excavado en el mismo interior de la montaña, poseía grandes salones alumbrados con lámparas colgantes de ámbar. Inmensas eran las bóvedas que guardaban sus tesoros y lóbregas las mazmorras destinadas para sus enemigos.

Grain llegó a la puerta de macizo roble tachonada con bronce semioculta en una ladera de la montaña, su armadura dorada brilló con el último rayo del sol del atardecer. Regresaba victorioso de cien batallas, hasta en los castillos de los hombres se cantaban sus hazañas. Había conseguido tesoros invaluables, increíbles gemas del país de las hadas y hachas de los minotauros.

Grain abrió la puerta, un olor rancio le golpeó la cara. Descendió la escalera tallada en la piedra... Oscuridad y frío... ¿Dónde estaba el ruido y el calor de la fragua?... Solo el eco de sus pasos en las polvorientas salas... ¿Dónde estaban sus hermanos y siervos?

Después de más de cinco décadas todos se habían ido cansados de esperar a su rey que prefería luchar al lado de los hombres en busca de honor y fama. Grain encendió la fragua y se sentó sobre el suelo, exhaló un suspiro... Ahora que estaba solo ¿A quién le contaría sus hazañas?