in girum imus nocte et consumimur igni

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Vampiro

Un vampiro surgió de su hondo sepulcro acre
turbando la castidad de mi sueño de somníferos.

Llegó montado en un corcel negro con ojos de fuego
su rostro cubierto por un antifaz,
la oscura cabellera como cortina de noche
sobre los hombros.

Impetuosamente se abalanzó sobre mí
sediento de mi sangre estaba el vampiro...
sus colmillos se clavaron en mi cuello
y bebió con frenesí.

Los fármacos me habían hecho olvidar la fecha
pero mi instinto se doblegó a sus caricias
reconociendo en el vampiro enmascarado
a mi príncipe de tinieblas.

Y mi pecho correspondió las ansias de su pecho,
le ofrecí mis labios para que libara el deseo
y mi cuerpo para que saciara su lujuria
que se desencadenó sobre mi piel desnuda.

Y las estrellas pagaron el precio
de una noche inflamada de voluptuosidad sagrada,
íncubo de mi alcoba, caballero de mis leyendas
entre sus brazos me sentí prostituta y reina.

El esposo tomó a su esposa y no hubo reproches
los besos no necesitaron de palabras
ni las caricias pidieron permiso
para invadir territorio prohibido.

Y el vampiro partió con el alba
dejándome ebria de sangre y saciada de impudor.

Liliana Celeste Flores Vega - agosto de 1999


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